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¡APUNTA MÁS ALLÁ DE LO VISIBLE!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado la Tarde del Día del Señor, 22 de Octubre de 2006
en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles

“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (II Corintios 4:18).


Este verso es una joya, porque en él hallamos la clave del éxito como Cristianos. El Apóstol Pablo nos da la explicación de lo que lo mantuvo en marcha. Piensa en la vida de Pablo. Al principio era reconocido y tenía éxito. Pero cuando se hizo Cristiano perdió su reputación y comenzó una vida de sufrimiento y dificultades. Fue apedreado y dado por muerto. Fue flagelado cinco veces. Fue apaleado tres veces. Fue asaltado. Pasó un día y medio en el mar, aferrado de un pedazo de madera. Todos sus amigos le abandonaron. No tenía hogar. Pasó en fin de sus días en prisión. Finalmente, el emperador Nerón lo decapitó. El Apóstol Pablo vivió atravesando batallas intensas, agonía y sufrimiento. Pero jamás claudicó. De seguro cualquiera que piense en la vida de Pablo se preguntará – ¿qué fue lo que mantuvo a este hombre en marcha? ¿Qué fue lo que lo mantuvo tan calmado y feliz en medio de toda esa violencia y desastres?

Si descubres la respuesta, te ayudará no solamente a hacerte Cristiano, sino que también a vivir la vida Cristiana. Y Pablo no lo guarda secreto. De manera directa él no da la clave a esta calma y fuerza en medio de una vida tempestuosa. Está allí en nuestro texto:

“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (II Corintios 4:18).

La primera cosa que necesitamos saber es lo que la palabra “mirando” significa. Una vez sabiendo el significado de la palabra Griega traducida “mirando,” el resto del verso es simple en comparación.

“No mirando nosotros las cosas que se ven…”

La palabra “mirando” significa “apuntar hacia” (Strong #4648 – en Inglés). Yo creo que podríamos decir, con John Trapp, que “mirando” significa “apuntar hacia” (traducción literal de John Trapp, A Commentary on the Old and New Testaments, Tanski Publications, re-impreso 1997, tomo 5, p. 559). Por lo tanto, el Apóstol no dice que no “apuntemos hacia” las cosas que se ven, sino que hacia “las que no se ven.”

Si quieres ser Cristiano, y vivir la vida Cristiana, tienes que apuntar hacia las cosas eternas, no hacia las temporales. Y así nuestro texto se puede dividir en dos puntos.

I. Primero, apunta más allá de lo visible hacia lo invisible.

Dirige tu atención y apunta tu vida más allá de lo que puedes ver con tus ojos físicos. No apuntes tu vida hacia

“las cosas que se ven, sino a las que no se ven…”
      (II Corintios 4:18).

Esto es lo que el Apóstol nos dice en Colosenses 3:1-2:

“Buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:1-2).

“No mirando…las cosas que se ven, sino las que no se ven”
      (II Corintios 4:18).

Pon tu corazón, y apunta tu vida misma más allá de lo material, del mundo visible. No pongas tu corazón y las metas de tu vida, y los deseos de tu corazón en “las cosas que se ven, sino en las que no se ven.”

La mayoría de gente nunca hace eso. Antes, en II Corintios se nos dice que Satanás ciega la mente de los inconversos.

“El dios de este siglo [Satanás] cegó el entendimiento de los incrédulos” (II Corintios 4:4).

El hombre y la mujer inconversa son cegados por Satanás de tal modo que ellos “no [perciben] las cosas que son del Espíritu de Dios” (I Corintios 2:14). Es por eso que el Apóstol los llama “el hombre natural.”

“El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios” (I Corintios 2:14).

Solamente el hombre o la mujer que ha sido liberado del poder cegador de Satanás es capaz de comprender a Pablo cuando dice:

“No mirando [apuntando] nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven” (II Corintios 4:18).

Solamente el hombre o mujer convertidos son capáces de ver más allá del mundo físico al mundo invisible. Y solamente el hombre convertido apuntará su vida hacia eso, “las cosas que no se ven.”

Henry Alford señaló que el predicador de antaño, Chrysostom aclaró que no debemos apuntar nuestras vidas hacia las cosas terrenales. El predicador de antaño, Chrysostom claramente dice: “Todas las cosas que se ven, ya sean tormento o comodidad [no deben] relajarnos, ni apagarnos” (traducción libre de Henry Alford, The New Testament for English Readers, Baker Book House, impreso en 1983, tomo III, p. 1111). De nuevo, Chrysostom dijo: “que el [Cristiano] no [debe] ser disuadido por uno, y animado por lo otro” (ibid.).

Debemos alzar nuestra mente, o no mirar hacia

“las cosas que se ven, sino las que no se ven”
      (II Corintios 4:18).

En lenguaje simple, el Apóstol no dice que apuntemos hacia, o dirijamos nuestros corazones y vidas más allá de lo que es físico y visible hacia aquellas cosas que son invisibles. ¡Dirígete o apúntate más allá de lo visible, hacia lo invisible!

Muchos en el Tercer Mundo, en China y el Sudeste de Asia, en partes de la India y de África, y Latino América tienen mucho más entendimiento de este texto que los Americanos y los Europeos. Los Cristianos en China y en otros lugares que tienen dificultades están en una mejor posición de ver esto. Si esperan recibir gracia y ayuda de Dios en la hora de problemas y persecución, ellos son, casi podemos decir, “forzados” a apoyarse sobre lo que Pablo dijo en nuestro texto. Si no lo hiciesen, no podrían atravesar tal intensa persecución. Pero, gracias a Dios, ellos siguen, y son “más que vencedores” al hacerlo. El secreto de ellos es que no se enfocan ni apuntan sus vidas hacia

“las cosas que se ven, sino [en] las que no se ven...”
     (II Corintios 4:18).

Entonces, ¿cuales son las cosas “que se ven” hacia las que no debemos apuntar en nuestras vidas? El Dr. Gill nos dice que no debemos apuntar hacia ni esforzarnos por “las cosas que se ven. Estas son las cosas del mundo, como [el dinero], honores, placeres, ganancias, que son visibles, y apantallan los sentidos del hombre natural [inconverso]” (traducción literal de John Gill, D.D., An Exposition of the Old and New Testaments, The Baptist Standard Bearer, versión impresa de 1989, tomo II, p. 783).

Tú puedes ver y sentir las cosas del mundo, como el dinero, los honores, los placeres, y las ganancias. Estas son las cosas visibles hacia las que la mayoría de gente apunta en su vida. Pero la persona que quiere ser Cristiana, o el Cristiano que quiere hacer de su vida Cristiana un éxito, no debe apuntar hacia estas “cosas que se ven.” Su blanco y meta deben ser más altas y mucho mejores que las del mundo perdido. Él debe mirar más allá del mundo visible a lo invisible si desea tener éxito en la vida Cristiana, como Pablo.

“No mirando nosotros las cosas que se ven [no pongas tu corazón en ellas, que no sean la meta de tu vida], sino [apunta hacia] las que no se ven” (II Corintios 4:18).

Entonces tendrás éxito como Cristiano, aun como Pablo lo tuvo en sus problemas, torturas, y las grandes preocupaciones que lo enfrentaban en su vida y ministerio.

El comentarista Puritano John Trapp, contó sobre Basil (un escritor Cristiano de antaño que) “Nos cuenta como los mártires que fueron lanzados afuera en la noche de invierno [a punto de ser] quemados [por los paganos] al día siguiente, se consolaban unos a otros con estas palabras. [Se decían unos a otros] el frío es duro, pero el paraíso es dulce; la senda es difícil [de vivir por Cristo], pero el fin de nuestra jornada será placentero; aguantemos el frío un poquito, y ya pronto el seno [de Abraham] nos calentará; que se nos queme el pie un rato [en las llamas paganas] para que bailemos después con los ángeles; que caiga nuestra mano al fuego [pagano], para agarrar la vida eterna” (traducción libre de John Trapp, ibid., p. 559).

No importa quien halle defecto en nosotros por ser buenos Cristianos, recordemos este texto para siempre, como lo hicieron aquellos mártires.

“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven...” (II Corintios 4:18).

Digamos con el Apóstol Pablo:

“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:7-8).

Él podía decir eso porque sabía el secreto de cómo vencer al mundo a través de Cristo, en resumen en la primera parte de nuestro texto:

“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven...” (II Corintios 4:18).

El rumbo y meta de la vida de Pablo estaba más allá de lo visible. Él apuntaba hacia las riquezas invisibles de Dios, en Cristo Jesús. ¡Él apuntaba al Cielo – y a la gloria eterna que lo esperaba en el Reino!

II. Segundo, apunta más allá de lo temporal hacia lo eterno.

Dejé fuera la última parte del texto, pero quiero ponerla de regreso, porque es el mensaje de nuestro segundo punto. Por favor lea de nuevo II Corintios 4:18 de pie y en voz alta.

“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (II Corintios 4:18).

Se pueden sentar.

Debemos apuntar hacia las cosas que no se ven porque las cosas que se ven son “temporales,” o sea, “temporales, [que solamente duran] por un rato” (Strong #4340). Las cosas que se ven solamente duran un tiempo corto.

¿No es esto la mera esencia de la fe?

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1).

John Bengel señaló que “muchas cosas que...realmente no se ven ahora, serán visibles cuando la jornada de nuestra fe [acabe]” (traducción libre de John Albert Bengel, Gnomon of the New Testament, Wipf and Stock Publishers, n.d., tomo III, p. 374). Un día veremos a Jesús. Un día veremos la ciudad Celestial de la Nueva Jerusalén. Un día hemos de ver a Satanás atado y a Cristo reinando sobre toda la tierra. Estas son algunas de las cosas que son eternas. Estas son algunas de las cosas hacia las que debemos apuntar y anticipar, y buscar por la fe.

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

“Porque por fe andamos, no por vista” (II Corintios 5:7).

Por lo tanto, Spurgeon dijo:

Persigue las cosas eternas con la mente concentrada. Tienes que ver directamente hacia el fin de la carrera hasta el premio. El corredor no mira a la derecha ni a la izquierda, ni a las flores a la orilla del camino, sino que mantiene sus ojos en el premio, y eso lo ayuda a correr. Él estira cada uno de los nervios para alcanzar el final, y ganarse el premio...Haz de las cosas eternas la meta de tu vida a toda hora...Hazlas aquello por lo que planeas y maquinas, aquello en lo que piensas y consideras, aquello por lo que vives y actúas, avienta todo tu ser hacia las cosas eternas (traducción literal de C. H. Spurgeon, The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, re-impreso en 1996, tomo 23, p. 599).

Me pregunto si no es eso lo que detiene a varios de ustedes de venir a Cristo. Me pregunto si su atención y enfoque se halla en las cosas temporales de este mundo, en vez de las cosas eternas. Y si tratándose de ti eso es cierto, oro de que vuelvas tu corazón de este mundo pasajero y vengas a Cristo por fe. Entonces podrás cantar con nosotros de todo corazón:

A la tierra prometida voy,
A la tierra prometida,
¿O quién vendrá y conmigo irá?
A la tierra prometida voy.
   (traducción literal de “On Jordan’s Stormy Banks”
      por Samuel Stennett, 1727-1795).

Voltea al himno #7 en la hoja de canciones, “I Am Bound for the Promised Land.” Alza la hoja y canta “On Jordan’s Stormy Banks” con gusto. Y si no eres convertido, oramos que la pregunta, “¿O quién vendrá, conmigo irá?” alcance tu corazón, y te inspire a unirte con nosotros en nuestra jornada por “las cosas que no se ven [porque solamente esas] son eternas.”

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón: II Corintios 4:8-18.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“My Faith Looks Up to Thee” (por Ray Palmer, 1808-1887).


EL BOSQUEJO DE

¡APUNTA MÁS ALLÁ DE LO VISIBLE!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.


“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (II Corintios 4:18).

I.   Apunta más allá de lo visible hacia lo invisible, II Corintios 4:18a;
Colosenses 3:1-2; II Corintios 4:4; I Corintios 2:14;
Filipenses 3:7-8.

II.  Apunta más allá de lo temporal hacia lo eterno, II Corintios 4:18b;
Hebreos 11:1; 12:2; 11:6; II Corintios 5:7.