Print Sermon

El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.

Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.

Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.




¡JUDAS!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en la mañana del Día del Señor, 8 de Agosto de 2004
en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles


"Y Judas Iscariote, el que también le entregó" (Mateo 10:4).


Judas es el hombre que entregó a Jesús. No sabemos nada de él antes de ser Discípulo, aparte de que se llamaba "Judas Iscariote". Judas era el único de los doce discípulos que venía del sur, en Judá. El resto eran de Galilea, en el norte.

Cuando los doce discípulos viajaban y predicaban, recibían ofrendas. Era necesario que alguien fuera el tesorero, y eligieron a Judas. La característica más notable de Judas era su amor al dinero. Él se obsesionó en la codicia y robaba del dinero. Juan nos dice: "Era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella" (Juan 12:6).

Cerca del final del ministerio terrenal de Jesús, María de Betania ungió los pies de Jesús con un perfume de mucho precio.

"Y dijo uno de sus discípulos, Judas iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? Pero dijo esto, no poque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella"
      (Juan 12:4-6).

Esto muestra la codicia de este hombre. Señala la avaricia que lo llevaría a traicionar a Cristo por treinta piezas de plata.

Antes de la Pascua final, Judas fue a los principales sacerdotes y oficiales del Templo, y acordó con ellos en traicionar a Jesús por dicha suma de dinero. Los otros discípulos no sabían nada de esto. Todos ellos fueron con Jesús al aposento alto donde comieron la cena de Pascua. Después de la cena Jesús lavó los pies de los Discípulos. Judas estaba sentado cerca de Jesús, y lo oyó decir: "uno de vosotros me va a entregar" (Juan 13:21). Los Discípulos se miraron unos a otros, preguntándose a quién se referría. Luego "Satanás entró en" Judas (Juan 13:27). Él se levantó y salió, ya de noche. La primera observación de la Santa Cena probablemente empezó cuando él salió. Judas fue al Templo a decirle a los sacerdotes donde Jesús estaba.

Después de la Pascua y la Santa Cena, Jesús llevó a sus Discípulos ya de noche al Huerto de Getsemaní. Jesús oró en la oscuridad, mientras que los once Discípulos se dormían.

Luego, en la oscuridad se podía oir el sonido de la multitud que se acercaba.

"Vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba [Judas] les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó...Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron"
     (Mateo 26: 47-50).

Cuando Judas se dio cuenta de lo que había hecho, trató de devolverle las treinta piezas de plata a los sacerdotes. Ellos rehusaron aceptarlas, y Judas tiró el dinero al piso del Templo. Él salió y se suicidó, colgándose, probablemente con su propio cinturón. El cual se rompió y su cuerpo cayó sobre unas rocas, "Y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron" (Hechos 1:18).

Ese fue el fin de la vida de Judas. Jesús lo llamó "el hijo de perdición", o condenación (Juan 17:12). El Libro de los Hechos dice que él fue "su propio lugar", el Infierno (Hechos 1:25).

Es una historia trágica, pero podemos aprender muchas lecciones de ella.

I. Primero, Judas estaba perdido antes de traicionar a Jesús.

Jesús mismo lo dijo.

"Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón" (Juan 6:70-71).

"Uno de vosotros es diablo". De nuevo, Jesús dijo:

"Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido" (Mateo 26:24).

Ves, Judas estaba perdido antes de traicionar a Jesús. Es muy importante darse cuenta de esto. Mucha gente piensa que eres perdido cuando mueres, pero la Biblia enseña que estás perdido ahorita, mientras vives. La Biblia dice:

"Pero el que no cree, ya ha sido condenado" (Juan 3:18).

Tú ya estás condenado.

Tú tal vez tengas la idea de que Judas estaba bien hasta que traicionó a Jesús. Pero ese no es el punto. Ves, Judas nunca estuvo bien. Él siempre estuvo mal. Esa es la condición humana. Tú naces con la naturaleza pecadora. Tú la heredaste de nuestro primer padre. El hombre nace mal. Por eso Jesús dijo:

"Os es necesario nacer de nuevo" (Juan 3:7).

Judas ya estaba perdido antes de ser Discípulo. Él siguió estando perdido después de hacerse Discipulo. Él estuvo perdido su vida entera. Jesús dijo:

"El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios"
    (Juan 3:3).

Tú, igual a Judas, te quedarás perdido a menos que nazcas de nuevo.

II. Segundo, Judas se quedó perdido a pesar de todos sus esfuerzos y experiencias.

Algunos tienen la idea de que serán salvos si hacen lo correcto. Crees que puedes estar bien ante los ojos de Dios por guardar los Diez Mandamientos, o si tratas de hacer lo mejor que puedes. Pero Judas hizo todas esas cosas y aún así se quedó perdido. Por un tiempo él vivió una vida sin egoismo, pero no le hizo ningún bien. Él oró a Dios. Él obró para Dios. Él vivió para Dios - por algun tiempo. Judas trató de vivir y hacer lo correcto lo más que pudo. Pero no le hizo ningún bien. Él siguió perdido.

Ahora te pregunto, ¿qué bien te hará a ti, tratar de vivir de la manera correcta y hacer lo correcto? Si hasta allí llega tu religión no te hará ningún bien. Puedes limpiar tu vida, ir a la iglesia todos los Domingos, decir tus oraciones en la noche, y vivir como monge en un monasterio - y aún así seguirás perdido - tal como Judas. La Biblia dice:

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9).

La salvación es un don, que viene por la gracia de Dios. No es algo que ganas por ser bueno.

Si pudieras ganar la salvación por ser bueno, ¿por qué tuvo que morir Cristo en la Cruz? ¿Por qué tuvo que derramar Su Sangre para lavar tus pecados, si tú podrías alcanzar la salvación por ser bueno? Tú no puedes ser suficientemente bueno. La vida de Judas nos lo muestra. Todos sus esfuerzos en servir a Dios no lo ayudaron ni siquiera un poquito. Él estuvo tan perdido como antes.

Algunos están tratando de pensar del modo correcto. Tú tienes la idea de que podrás llegar a entenderlo todo - y todas la piezas caerán en su lugar - y se te prenderá una luz en la mente - ¡y serás salvo! Me imagino que Judas tuvo muchos de esos pensamientos. Hay cierto misterio en conexión a Judas. ¿Por qué exactamente traicionó a Cristo? No parece que fue necesariamente por el dinero. Después de todo, él podía tomar cuanto quisiera del dinero de los Discípulos. ¿Quería que Jesús ejerciera su poder sobre los Romanos? ¿Estaba molesto porque Jesús rompió las leyes ceremoniales y el día de reposo? Ves, hay cierto misterio en sus motivos. Pero esto es cierto - ¡él pensaba demasiado! Mientras los otros Discípulos dormían, su cerebro maquinaba. No quiero decir que él era más inteligente que los demás. Para nada. Simplemente quiero decir que él analizaba demasiado las cosas. Hay cierto peligro en eso. La persona que examina y analiza demasiado no será salva. Esto es especialmente cierto del analisis propio. Si continuamente examinas tus pensamientos y sentimientos, nunca llegarás a examinar a Cristo. Te has estado mirando a ti mismo. ¡No sirve de nada mirar allí! Te has estado examinando a ti mismo. ¡No sirve de nada examinar eso! Mira de allí ¡hacia Cristo! Me da tristeza decir que Judas jamás hizo eso.

Y luego viene la parte de sentirte bien. Bueno, ¡mira a todas las maravillosas experiencias religiosas emocionantes que tuvo este hombre! Mira en tu Biblia, en Mateo 10:8. Leamos este verso de pie y en voz alta. Jesús le dijo a Judas (y a los otros Discípulos):

"Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia"
    (Mateo 10:8).

Se pueden sentar. Judas hizo todas esas cosas, ves. Debe haber sido emocionante ver a los enfermos sanados y a los muertos resucitados. Muy emocionante ver a los leprosos limpiados. Él experimentó grandes sentimientos, estoy seguro que sí, pero sus sentimientos no lo salvaron. Y si estás tratando de tener el sentimiento correcto, tú también vas por el camino equivocado. "¡Oh, si me pudiera sentir peor! ¡Si me sintiera más convicto!" dices tú. Pero estás igual de equivocado que Judas. Ningún sentimiento, bueno o malo, te dará la salvación. ¡La única convicción que necesitas es la convicción de que necesitas a Cristo! ¿Lo necesitas? Entonces, por Dios, tómalo,¡y punto!

Todo el requisito es esto:
    Saber tu necesidad.
("Venid, Pecadores" [traducción libre al Español] de
       "Come, Ye Sinners," por Joseph Hart, 1712-1768).

III. Tercero, Judas estaba perdido porque no confió en Cristo.

Aparte de todo lo que podamos decir de él, es absolutamente cierto que él no confió en Cristo. Como he dicho, él quizá sintió que Jesús debía ejercer más poder. O quizá sintió que Jesús estaba mal en romper el día de reposo. Se ha sugerido que quizá él sintió que Jesús era un Mesías falso. Pero son solamente suposiciones. No hay modo de saber cual. Las Escrituras no dicen estas cosas. Pero esto sabemos de seguro - él no confió en Jesús. Él confió en el dinero. Él confió en si mismo. Él hasta confió en los sacerdotes. Pero no confió en Jesucristo. La Biblia dice:

"Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia" (Proverbios 3:5).

Judas no hizo eso. Él se apoyó y confió en su propia prudencia. Él no confió en Jesucristo. Por eso lo agarró el Diablo.

Él hasta siguió a Cristo. Ese es el significado de la palabra "discípulo". La palabra Griega es "mathētēs". Significa una persona que sigue a su maestro, que sigue el ejemplo y las enseñanzas de su maestro. Mira a Mateo 10:1.

"Entonces llamando a sus doce Discípulos..." (Mateo 10:1).

Judas era uno de esos doce Discípulos. Él siguió a Cristo tres años. ¿Pero qué bien le hizo? Al final el Diablo lo agarró. Y eso es exactamente lo que te pasará a ti si tratas de ser salvo por seguir a Cristo. Tarde o temprano el Diablo te agarrará también a ti. Tú no puedes ser salvo por seguir a Cristo. Tú tienes que confiar en Cristo para ser salvo.

Confiar en Cristo es lo mismo que creer en Él. Creer en Él es lo mismo que venir a Él. Judas no hizo eso. Él no confió en Cristo. Él confió en su propio corazón y mente. Él no creyó en Cristo. Él siguió a Cristo y aprendió de Cristo, pero no creyó en Él. Él no vino a Cristo. Él se quedó interiormente distante del Hijo de Dios. Por fuera él parecía haber venido a Él - pero en su corazón resistía.

Esta mañana te llamo a que vengas a Cristo. Confía en Cristo. Cree en Cristo.

Jesús sólo, Jesús sólo,
   Puede al pecador salvar.
("Venid, Pecadores" [traducción libre al Español] de
        "Come Ye Sinners" por Joseph Hart, 1712-1768).

(FIN DEL SERMÓN)

La Escritura Leída por el Sr. Kyu Dong Lee Antes del Sermón: Mateo 10:2-4.

El Solo cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith, antes del Sermón:

"Prefiero a Jesús" (palabras por Rhea F. Miller, 1922;

compuesto por George Beverly Shea, 1909 - ).


EL BOSQUEJO DE

¡JUDAS!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

 

"Y Judas Iscariote, el que también le entregó" (Mateo 10:4).

(Juan 12:4-6; 13:21,27; Mateo 26:47-50;
Hechos 1:18; Juan 17:12; Hechos 1:25)

I.   Judas estaba perdido antes de traicionar a Jesús,
Juan 6:70-71; Mateo 26:24; Juan 3:18, 7, 3.

II.  Judas se quedó perdido a pesar de todos sus esfuerzos y
experiencias, Efesios 2:8:9; Mateo 10:8.

III. Judas estaba perdido porque no confió en Cristo,
Proverbios 3:5; Mateo 10:1.

Tú puedes leer los sermones del Dr. Hymers cada semana en el Internet,
En: www.rlhymersjr.com. Oprime "Sermones en Español."