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SINTIENDO LA NECESIDAD DE LA JUSTIFICACIÓN

por el Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un Sermón predicado en la tarde del día del Señor, 5 de Junio de 2005
en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles

"El que justifica al que es de la fe de Jesús" (Romanos 3:26).


La semana pasada oíste a un predicador decir que "El propósito de creer en Jesús no es ir al Cielo". Yo estoy de acuerdo con él. El propósito de creer en Jesús es ser justificado. Eso es lo que dice nuestro texto, que Dios es

"El que justifica al que es de la fe de Jesús" (Romanos 3:26).

Es cierto que sí irás al Cielo si crees en Jesús, pero ese es un resultado, no el propósito. El propósito de creer en Jesús es ser justificado. Mira al verso 28.

"El hombre es justificado por fe…" (Romanos 3:28).

"Justificado" es la traducción de la palabra Griega "dikaioo". W. E. Vine dice que la justificación es "la absolución legal y formal de culpa, por Dios como el juez, [y] declarando justo al pecador" (traducción de An Expository Dictionary of New Testament Words, Revell, 1966, tomo II, p. 285).

Yo creo que esta es la razón por la que muchos no llegan a ser salvos. Quieren creer en Jesús para ir al Cielo, o para escapar del Infierno. He descubierto al tratar con la gente perdida que aquellos que vienen a mi oficina para hablar conmigo de la salvación no llegan a ser salvos cuando su propósito es ir al Cielo o escapar del Infierno. He visto mucha gente que ha tenido mucho miedo del Infierno temporariamente y no fue salva. ¿Por qué no? Porque eso es un producto de la salvación, igual que ir al Cielo. Nuestro destino eterno ya sea en el Cielo o en el Infierno no es el punto de enfoque, ni el motivo correcto, de creer en Jesús. ¿Cuál, pues, debe ser el motivo verdadero para creer en Jesús? La justificación.

La persona que verdaderamente quiere ser justificada hallará que puede ser justificada solamente por creer en Jesús, porque Dios es

"El que justifica al que es de la fe de Jesús" (Romanos 3:26).

La persona que quiere ser absuelta de culpa y declarada justa por Dios hallará que esto solamente puede suceder por creer en Jesús.

Eso suena muy simple. Tú crees en Jesús y Dios cancela tu pecado y te declara justo. Suena simple, y lo es - cuando el corazón está preparado para ello. Pero a menos que el corazón esté preparado, este simple hecho de la justificación por fe en Cristo confundirá totalmente a la gente, aún a aquellos con buena cabeza. Estas palabras simples de nuestro texto han ofuscado y confundido a grandes teólogos y filósofos por cientos de años. El Apóstol Pablo tuvo ese mero pensamiento en mente cuando dijo:

"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden…"
    (I Corintios 1:18).

Aquellos que no son despertados a esta verdad por medio de la gracia de Dios, nunca captan el significado de la justificación. Quiza sepan que Lutero pensaba que era importante. Quiza sepan que fue la base de la Reformación Protestante. Pero nunca entenderán la importancia de la justificación es su propio caso personal hasta que el Espíritu de Dios haga una obra de gracia en sus corazones.

Aunque nunca lo diga, una persona que no está despierta por la gracia de Dios podrá considerar que la justificación por fe en Cristo es una doctrina interesante, pero no pensará que es el tema más vital e importante de su vida - lo cual sí es - aunque aun no lo ve. Y al no ver y no sentir la importancia de la justificación por fe en Cristo, se pierde el mensaje completo del evangelio. Y permanence bien ciego al mensaje central del Nuevo Testamento.

"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden…"
    (I Corintios 1:18).

Aquí la palabra "locura" viene de la palabra Griega "moria". Significa que su interés por la palabra [predicación] de la cruz está "opaco, lerdo, estúpido, necio" (Vine, ibid., p. 114).

Ahora, sé honesto contigo mismo. ¿No ha respondido tu corazón a la justificación por la fe en Cristo de una manera lerda, opaca y aun necia hasta hoy?

La cosa principal que Jesús vino a hacer fue a morir en la Cruz para que tú fueras justificado. Ese fue el propósito principal de Su sufrimiento. Y, ¿no es cierto que tú has estado muy lerdo, opaco y desinteresado en ello?

Lutero dijo:

Cristo en verdad sufrió por todo el mundo; ¿pero cuantos creen y atesoran ese hecho? Por lo tanto, aunque la obra de redención ha sido completada [por Cristo], no puede ayudar ni beneficiar al hombre a menos que él la crea y experimente su poder salvador en su corazón.

Algo debe suceder en tu corazón antes de que el pensamiento de la justificación por fe en Cristo cambie de una indiferencia opaca, lerda a una posición de importancia. Esto solamente puede suceder por medio de la intervención de la gracia de Dios. Si la gracia de Dios no interviene en tus sentimientos, tú, como hombre natural, "no percibe[s] las cosas que son del Espíritu de Dios" (I Corintios 2:14). Seguirás opaco y lerdo y desinteresado, realmente estúpido y necio, tocante a tu necesidad de justificación, hasta que el Espíritu de Dios te aterre, más o menos, tocante a tu condición terrible, sin esperanza y condenada.

A menos que seas convicto de pecado por el Espíritu Santo, no sentirás la necesidad de la justificación en Cristo. El teólogo W. G. T. Shedd lo puso así:

A la persona que [pregunta]: "¿Cómo he de conseguir el nuevo nacimiento, y qué cosa en particular debo hacer tocante a ello?" la respuesta es: "Date cuenta de que lo necesitas y que tu voluntad esclavizada no puede originarlo". Y cuando te hallas dado cuenta de ello, clama al Espíritu de Dios: "Crea en mi un corazón limpio, y renueva dentro de mí un espíritu recto". Y esta oración no debe cesar hasta que llegue la respuesta, como nos enseña Cristo en la parabola de la viuda y el juez injusto (Lucas 18:1-8). Cuando los hombres son convictos de pecado y de su completa incapacidad son "pueblo bien dispuesto [para el Señor]" (Lucas 1:17). El sentido de culpa y de peligro es un "preparativo" para ser librado de ello. Un hombre convicto es un buen candidato para el nuevo nacimiento, pero uno que no lo está, no es (traducción de W. G. T. Shedd, Dogmatic Theology, P and R Publishing, re-impresión de 2003, p. 775).

Yo estoy de acuerdo con el Dr. Shedd. "El sentido de culpa…es un 'preparativo' para ser librado de ello". Solamente cuando te sientas culpable e incapaz sentirás la necesidad de ser justificado por Cristo. La predicación de la justificación por medio de la expiación de Cristo te parecerá "opaca" y "estupida" hasta que te sientas culpable e incapáz. Tú serás "lerdo" en responder a ella.

"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden…"
    (I Corintios 1:18).

Lutero lo puso de este modo:

Si has de ser convertido, es necesario que estes aterrado, o sea, que tengas la conciencia alarmada y temblorosa. Entonces, después de que dicha condición se haya creado, tendrás que agarrar la consolación que viene…de [Cristo]. Es así como llega la conversión; otras formas son incorrectas (traducción de Martín Lutero, Exposition of Psalm 51:13, A. D. 1532).

De este modo, Lutero y Shedd nos dicen correctamente que la justificación mediante la expiación de Cristo no te parecerá de vital importancia hasta que hayas tenido un sentido de culpa por tus pecados, y un sentido de que tú, en tí mismo, eres incapáz de deshacerte de dicha culpa. Cuando te sientas culpable e incapáz estarás preparado para oir el mensaje del evangelio de justificación en Cristo - pero no antes de que te sientas culpable e incapáz:

"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden…"
    (I Corintios 1:18).

Déjame ilustrarlo del siguiente modo. Nosotros tenemos muchos visitantes de primera vez en nuestra iglesia los Domingos en la mañana. Vienen casi exclusivamente de fondos seculares. Nosotros vamos a las universidades y a otros lugares y los traemos. ¿Qué he de predicarles? Después de muchos años me he dado cuenta de que la gente secular no está preparada para considerar las verdades más profundas de la justificación hasta haber determinado en su corazón si acaso quieren tener algo qué ver con la Cristiandad o no. Así que los Domingos en la mañana, me concentro más que todo en la eclesiología, como verás al leer la mayoría de mis sermones de los Domingos por la mañana. Yo predico sobre la iglesia local para suplir la necesidad de una sociedad secular solitaria. También doy el evangelio, pero el empuje principal de los sermones es "Sed salvos de esta generación perversa" (Hechos 2:40) al entrar a la iglesia local. La buena doctrina Bautista de antaño de la iglesia local es lo que necesitan oir al principio.

Ahora, cuando lo oyen, y empiezan a venir a las otras reunions de la iglesia, explico la salvación más a fondo en los sermones del Domingo en la noche y del Sábado en la noche. Me he dado cuenta que a aquellos que no tienen interés de estar en la iglesia no les sirve de nada concentrarse exclusivamente en la salvación.

Y es así con la justificación. ¿Cómo podré predicarle justificación a gente que no está preparada para oirla? La puedo predicar, y lo hago, pero no la has oído efectualmente. No ha tenido efecto alguno en tí hasta ahora. ¿Por qué? ¡Porque tú no estás preparado para oirla! Tal como un visitante de primera vez tiene que ver su necesidad de estar en la iglesia local, ¡también tú tienes que ver tu necesidad de estar en Cristo!

Tú puedes venir a estas reunions por mucho tiempo - sin ver tu necesidad de la justificación en Cristo:

"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden…"
    (I Corintios 1:18).

No verás tu necesidad de justificación en Cristo hasta que Dios cree un anhelo y un hambre por Cristo en tu alma. Por favor voltea a Salmo 107:9-14. Leámos estos seis versos de pie y en voz alta.

"Porque sacia al alma menesterosa, Y llena de bien al alma hambrienta. Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte, Aprisionados en aflicción y en hierros, Por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, Y aborrecieron el consejo del Altísimo. Por eso quebrantó con el trabajo sus corazones; Cayeron, y no hubo quien lo ayudase. Luego que clamaron a Jehová en su angustia, Los libro de sus aflicciones; Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, Y rompió sus prisiones" (Salmo 107:9-14).

Se pueden sentar.

No sentirás tu necesidad de justificación en Cristo hasta que tengas un alma "menesterosa" (v.9). No sentirás tu necesidad de justificación en Cristo hasta que caigas, y sientas que no hay "quien…ayudase" (v.12). Ahora lee el verso trece de nuevo en voz alta.

" Luego clamaron a Jehová en su angustia, Los libro de sus aflicciones" (Salmo 107:13).

Cuanto te sientas sobrecogido por tu pecado e incapacidad, entonces Cristo aparecerá como el único escape de la culpa. Entonces Dios será:

"El que justifica al que es de la fe de Jesús" (Romanos 3:26).

Todo esto es muy simple y muy profundo a la vez. Cuando sientas la culpa de tu pecado, y tu propia inabilidad de hacer algo al respecto - entonces sentirás la necesidad de ser justificado por Cristo Jesús. Entonces podrás decir:

Y yo sé, sí yo sé que la Sangre de Jesús puede limpiar al más vil.
Y yo sé, sí yo sé que la Sangre de Jesús puede limpiar al más vil.
    (Traducción de "Yes, I Know" por Anna W. Waterman, 1928).

(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón:
Romanos 3:23-28.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes de Sermón:
"Yes, I Know" (por Anna W. Waterman, 1928).



EL BOSQUEJO DE

SINTIENDO LA NECESIDAD DE LA JUSTIFICACIÓN

por el Dr. R. L. Hymers, Jr.


"El que justifica al que es de la fe de Jesús" (Romanos 3:26).

(Romanos 3:28; I Corintios 1:18; 2:14;
Lucas 18:1-8; 1:17; Hechos 2:40; Salmo 107:9-14)