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NO HAY LIBERTAD EXCEPTO EN CRISTO -
UN SERMÓN DEL DR. LLOYD-JONES

por el Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un Sermón predicado la Tarde del Día del Señor, 1 de Mayo de 2005
en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles


Esta noche daré un sermón adaptado de uno que dió el Dr. Martyn Lloyd-Jones en Inglaterra en 1931. El Dr. Lloyd-Jones es uno de los predicadores más destacados del siglo veinte. Su predicación fue acompañada por grande avivamiento en los años treinta. El Dr. Lloyd-Jones no fue instruído para el ministerio en escuela Bíblica ni teológica. Él era un medico asistente especial de Lord Horder, el médico personal del Rey, el cual era un puesto muy alto en el campo médico de Inglaterra en aquella época. El Dr. Lloyd-Jones renunció a su puesto honorable puesto medico para hacerse predicador. Humanamente hablando, esa fue una de las razones de su gran éxito en la predicación. La gente viajaba millas para oir al jóven "Doctor" que había abandonado su puesto bien pagado para predicar el evangelio. Y esta era una de las razones por las que su predicación era tan diferente y asombrante a sus oyentes. El Doctor Lloyd-Jones predicaba diferente. Él no tenía miedo de molestar a la gente con sus sermones. Si escuchas este sermón con cuidado te darás cuenta de que es revolucionario - aun hoy. Desenmascara muchos de los errores de la predicación moderna, y si pones atención te cortará y expondrá tu corazón pecaminoso. Deja que el "Doctor" le haga cirugía a tu alma. Yo he abreviado el sermón y lo he adaptado al siglo veintiuno.

"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:32).

A menudo he pensado que una de las mejores formas de saber si estás predicando correctamente es ver si cierto tipo de persona tiene objeción en contra de lo que estás diciendo o no, y te guardan rencor por decirlo. Con eso no quiero decir que los predicadores deben tratar deliberadamente de airar a la gente. Pero me parece obvio al leer la Biblia y la historia Cristiana que la mejor de las predicaciones siempre ha enojado a cierta tipo de persona. A la vez, la peor de las predicaciones siempre ha tendido a calmar a la gente, a adormecerles en un sentido falso de seguridad. Y no cabe duda que la mayoría de la predicación de nuestro tiempo no sirve, y es posiblemente la peor que jamás se haya producido en la historia de la Cristiandad. Una de las razones principales en la disminución de la asistencia a la iglesia yace en el atentado de conciliar complacer a todo el mundo. Y yo creo que gran parte del problema se debe a que a cierta clase de gente débil se le permite decidir lo que tiene objeción en un sermón.

No estoy hablando de cuán fuerte o cuán suavemente el predicador habla. Tú puedes llegar al púlpito de alguien con voz de trueno y leer sermones de Johnathan Edwards o W. P. Nicholson en voz baja y causar un revoltijo entre los miembros de la iglesia. Esto no es causado por el sonido de una voz fuerte, sino por el contenido mismo del sermón. Y ésta, creo yo, es una de las razones principales por las nuestras iglesias declinan. El evangelio se ha hecho tan inofensivo y sin amenaza que ya no se toma seriamente como una posible teoría alterna de vida. Nos dicen que "la predicación de hoy no salva a la gente". Pero hay algo peor que eso. La predicación de hoy ni siquiera enoja a la gente. No los molesta lo suficiente para hacer algun cambio en sus vidas. La predicación de hoy deja a la gente exactamente donde están, sin enojarlos, y sin la más mínima molestia.

Al leer los cuatro Evangelios no hay nada más claro de que Cristo, en Su predicación, tuvo uno de dos efectos en su congregación - Él o los salvaba o definitivamente los antagonizaba. O eran salvos o se enojaban. La predicación de Cristo convertía a la gente o le causaba poner objeción, perseguirlo, o acusarlo, eso caracterizó la predicación de los Apóstoles a través del libro de Los Hechos. Y a través de la historia de la Cristiandad, en tiempos de avivamiento y despertamiento, la predicación siempre ha regresado al patrón establecido por Cristo y los Apóstoles. La predicación vital, viviente, como de Cristo siempre exige una decisión, y siempre causa que cierto tipo de gente se enoje, objecione, y a veces hasta haga amenazas. La ausencia de dicha molestia o enojo muestra que el predicador no habla como lo hicieron Cristo y los Apóstoles - o como Whitefield, Wesley y los otros predicadores de gran avivamiento. Esta es la seña universal de la falta de poder y de la impotencia de la predicación moderna.

¡Piensa en el contraste entre la predicación del Nuevo Testamento y lo que oyes en las iglesias hoy en día! Se dan sermones perfectamente inofensivos y sin vida. Son mesajes cortos "con propósito", de "pensamientos positivos", charlas de motivación, exposiciones Bíblicas verso-por-verso, o a veces diatribas en contra de gente que no está presente, tal como los Católicos, o los liberales. Estas frases describen mucho de la predicación moderna. ¡Qué lástima! No se hace ni se dice nada que moleste a nadie en la congregación. Ciertamente eso no molestaría ni irritaría a ningun oyente. Así la predicación moderna ha abandonado el ejemplo de Cristo y de los Apóstoles.

La iglesia es considerada una farmacia donde se dan mezclas suaves y estupefacientes para dar facilidades y consolar a todos y dejarlos tal como estaban. Todo aquel de rompe estas reglas, y cuya predicación molesta a los miembros de una congregación es considerado predicador objecionable, que asusta. Él no les es agradable y es acusado de dar su propia opinión en vez de predicar el evangelio, lo cual se dice ser una repetición constante de lo que ya han oído antes.

Pero la mejor y más grande razón que molesta a la gente es que el hombre simplemente y honestamente está predicando el evangelio de Jesucristo. ¡Mira a los cuatro evangelios y la cuenta que tenemos de la predicación de los Apóstoles en el libro de Los Hechos! Si alguna vez hubo alguien que entendiera y predicara el amor de Dios era Jesucristo. Pero, ¿cuál fue el efecto de su predicación? ¿Se fue la gente a casa, después de oirlo predicar, sonriendo y contenta, sintiéndose satisfecha de sí misma y segura de su salvación? Lee las páginas del Nuevo Testamento y halla la respuesta. Lee especialmente las páginas del Evangelio de Juan. Lee lo que él escribió de la predicación de Cristo. En el Evangelio de Juan, verás que, de vez en cuando, por ciertas cosas que Cristo predicó, "muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él" (Juan 6:66). Esa vez las palabras de Cristo causaron que cierto número de gente fuera a casa decidída a nunca volver a escucharlo predicar otra vez. No hay frase más común al fin de Sus sermones que esta: "procuraron otra vez prenderle" y "tomaron entonces piedras para arrojarselas". Casi cada vez que Cristo predicó, cierto tipo de gente discutía cómo prenderle, o destruirle.

Ya no necesito explicar más. No se puede decir de ningun modo que el evangelio como Cristo lo predicó, era fácil de escuchar. Su predicación nunca dejó a la gente igual que antes. O los asombraba o los enfurecía. Porque "El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado…" (Juan 3:18). Si no eres salvo por oirlo, eres condenado por él. Una cosa es segura. No puedes ser indiferente a ello. No es que Cristo quisiese condenar a la gente. Él vino a salvar, no a condenar. En vez, el evangelio mismo salva al hombre o lo condena. Es imposible que el evangelio no tenga efecto alguno, y que lo podamos oir y permanecer exactamente donde estabamos antes. Hay una ofensa en el mensaje de Cristo, en el sentido de que enoja a cada persona inconversa. Cuando Cristo dijo que Él vino a salvar a la gente, Él implicó que necesitaban ser salvos, y que sin Él estaban perdidos. No nos gusta admitir que estamos perdidos. Molesta a nuestra dignidad y estima propia. Y hallamos tanta objeción como los Judíos cuando Él dijo: "y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres".

Lee lo que le pasó a la gente que escuchaba a Cristo ese día. En el verso 30 se nos dice que "Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él". En otras palabras ellos creyeron que lo que Él decía era verdad y que Él en verdad era el Mesías. Desde ese punto ellos aceptaron lo que Él dijo. Pero Él siguió hasta llegar a decir "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libre" (Juan 8:31-32). Cuando Cristo dijo eso, estas mismas personas que creyeron en Él se voltearon en asombro y dijeron: "Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?" La objeción de ellos nos parecerá sorprendente a menos pensemos más a fondo. Nos dan ganas de preguntar: "¿Cómo pueden tener objeción en contra de la declaración de Cristo de hacerles libres?" Nosotros pensamos: "Mejor se hubieran sentido alegres de oirle decir que la verdad los haría libres". Pero no los alegró. Los molestó y los enojó - por una razón muy obvia. La promesa de Cristo de hacerlos libres mostraba que sí eran esclavos. Aunque ellos creían que Él era el verdadero Mesías, rechazaban la idea de que había algo malo en ellos del modo en que estaban. Ellos dijeron: "Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?"

¡Ah! El evangelio de Cristo está bien con tal de que no me lo appliqués a mí personalmente. Cuando se hace personal, la gente halla objeciones. Una cosa es sentirse triste al ver una película o al escuchar de la passion y muerte de Cristo en la cruz. Pero recuerda, si crees que Cristo murió en la cruz para salvarte, quiere decir que tú estás en una condición terrible, y solamente Su muerte puede salvarte. No hay cosa alguna que nos condene tanto como aquella Cruz y Su muerte, las cuales eran necesarias para salvarnos.

¿Alguna vez te has visto tan pecador que nada, sino solo Su muerte puede salvarte? Si no, entonces estás exactamente en la misma posición de aquella gente en Juan 8. Tú crees que Jesús era el Hijo de Dios. Tú crees en Él. Pero no crees en Él. Creer cosas sobre Él no sirve para nada, tal como se los mostró a aquella gente de Juan 8. ¿No es ese tu problema esta noche? ¿No es cierto que te gusta oir acerca de Cristo, pero a la vez te disgusta cuando te dicen sobre tu necesidad de la conversión? ¿Por qué es? Bueno, es porque a tí no te gusta oir que estás "muerto en pecado". No importa cuanto cambie la vida, hay una cosa muy arraigada en la naturaleza humana que nunca cambia - y es la buena opinión que la gente tiene de sí misma. Nos gusta oir el evangelio cuando apela a nuestras emociones, pero cuando promete "hacernos libres" y darnos libertad muestra que estamos esclavizados al pecado. Y no quieres pensar en eso. Y toda tu dificultad está centrada en tu falsa idea de la libertad.

Ahora la primera cosa que se aclara aquí es que tu falsa idea de lo que es la libertad te ciega a tu esclavitud al pecado. Talvez no te das cuenta de que estás esclavizado y en cautiverio. Por ser linaje de Abraham, aquellos Judíos rechazaron la idea de necesitar que Cristo los hiciera libre. "Bueno", dijeron ellos, "jamás hemos sido esclavos de nadie". Se les olvidó que habían sido esclavos en Egipto y después en Babilonia. ¡Olvidaron que estaban virtualmente esclavizados allí mismo por el ejército de Roma! Dijeron: "Ya somos libres". Ese pensamiento les puede llegar a muchos de ustedes esta noche. Bueno, eres Americano. Tienes ciertos "derechos innegables, a la vida, a la libertad, y a la búsqueda de la felicidad", dados en la Declaración de Independencia [de E.E.U.U.]. Ese es uno de los mejores temas jamás escritos. Sin embargo te digo que aunque los Americanos tienen libertad de ese modo, puedes estar miserable e infelíz por dentro porque eres esclavo de tu naturaleza depravada, y del pecado, y de Satanás.

La gente a la que Cristo le tenía más lástima era a la que se creía ser libre. Según Él, el dictador que debe ser más temido es el de tu propia naturaleza esclavizada. John Bunyan, al ser echado en prisión por predicar el evangelio, tuvo una libertad que aquellos que lo encarcelaron nunca conocieron. Los mártires Cristianos que fueron quemados vivos siempre tuvieron lástima y oraron por la gente miserable, esclava del pecado que los mataba.

Piensa sobre aquellos que dicen tener libertad de pensamiento. "Me niego a ser esclavo de tradiciones viejas y de ideas fuera de moda" dicen ellos. "Yo soy original. Yo pienso por mí mismo". Mostraré la falsedad de esa declaración. Aparte de la libertad que Cristo da, solo hay jactancia. Tus ideas de la vida y de la religión no salieron de tu "libertad de pensamiento" para nada. Tus ideas vienen de tus padres, de tus amigos en la escuela y en la universidad, de tusmaestros y profesores - todos contribuyeron de gran modo a lo que piensas, a lo que llamas "libertad de pensamiento". ¿Ya te has dado cuenta de que los puntos de vista y las opiniones de la genta cambian con las circunstancias? ¡Y se jactan de ser libres! Puedes decir lo que quieras pero no puedes pensar lo que quieras. Estás atado de pies y manos por los prejuicios y por lo que se hereda y por las influencias ambientales. Literalmente estás esclavizado por esos factores que te han hecho quien eres.

Cuan triste y necio es todo lo que oímos hoy en día acerca de la libertad de pensamiento. [Piensa en los maestros de la escuela donde tú asistes. ¿Tienen libertad de pensamiento? O están como el Dr. Lloyd-Jones dijo: "Atados de pies y manos por los prejuicios y por lo que se hereda y por las influencias ambientales"?] En esta tal llamada libertad, tú estás en esclavitud de dictador del Diablo y del pecado. Todo el tiempo la gente oye una voz dentro de sí, que les dice: "Hipócrita, cobarde, persona pecadora". ¿No te sientes así - algunas veces? Tratas de ahogar la voz interna, pero aun está allí - para atormentarte con el hecho de que no eres verdaderamente libre. Esta voz dentro de tí, que va donde tú vas, se burla de tí y te llama hipócrita. ¿No es cierto? Todo tu pecado te alcanzará de un modo u otro. La Biblia dice: "vuestro pecado os alcanzará". Pronto tu pecado te alcanzará. No te dejará solo. Todos los pecados que has cometido se pondrán delante de tí y te condenarán, y te acusarán. Podrá suceder en una pesadilla al dormir. Todas las cosas que has hecho o no has hecho te espantarán de un modo u otro. Te molestarán y atormentarán - y no las podrás evitar. "sabed que vuestro os alcanzará". ¿Libertad verdadera? ¡Ninguno de ustedes la tiene! Dentro de tí está tu oposición a Dios. No lo puedes escapar, porque está en tu mero corazón. Ese demonio que va dondesea que tu vas, y conoce cada pensamiento y acción, te sigue esclavizando, y no lo puedes evitar ni deshacerte de dicho pensamiento que te molesta, de que eres pecador e hipócrita de corazón.

¿Necesito decir más sobre la esclavitud y el cautiverio al pecado? Cualquier persona que piense a fondo se dará cuenta de que es esclavo de su naturaleza pecadora. Además, Cristo aclara que no te puedes liberar de la culpa y la esclavitud de tus pensamientos y acciones pecaminosas. Él dice: "La verdad os hará libres". Tú no puedes liberarte a tí mismo, o ya lo hubieras hecho mucho tiempo atrás. Pero, gloria a Dios, tú puedes ser libre. "La verdad os hará libres" (Juan 8:32).

La religión que no libra a la gente no tiene ningun valor. Mucha gente es esclava de la religión. Esa no es la libertad que Cristo promete. Es solamente creencia vacía basada en lo que otros han pensado y dicho de ella. La fe que libera a una persona es la que alumbra sobre el alma y hace a la persona decir: "Yo sé ahora que esta es la verdad de Dios. Cristo ha tocado mi corazón y ha cambiado mi vida. Yo sé que Cristo es verdadero. Aunque todos a mi alrededor lo nieguen. Yo que es cierto".

La verdad que libera a la persona es de lo que Pablo escribió en Gálatas, "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio difirente del que os hemos anunciado, sea anatema" (Gálatas 1:8). Bueno, ¿qué es el evangelio? Es que Jesucristo, el Hijo de Dios, murió en la Cruz para cancelar el poder del pecado, y al hacerlo Él borró la deuda pecaminosa de la humanidad, y por el poder de Dios un hombre puede nacer de nuevo a vida eterna por conocer a Jesucristo.

¿Cómo puedes ser felíz y libre con una carga de pecados sobre tí? ¿Cómo puedes ser libre cuando la voz en tu corazón aun está consciente de culpa? Pero cuando vienes a Cristo, Él borra tus pecados, y tú sabes que estás perdonado por Dios por medio de Cristo. Ahora ya tienes más poder que el Diablo. Ahora tú tienes el poder que sobre la muerte "en victoria". Tus pecados pasados se han ido y eres libre. En el verso 36, Jesús dijo: "Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres" (Juan 8:36).

Eso es lo que quiere decir que la verdad os hará libres. No es confianza en uno mismo, sino confianza en Cristo. Dependiendo en Él, ¿qué hay que temer? Aunque soy débil, Él es fuerte. No necesito temer. No necesito preocuparme. Su poder es eterno ¡y en Su fuerza yo soy libre! ¡Cree en Cristo y serás libre! "Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres". ¿Vendrás a Él? ¿Confiarás en Él? ¿Permitirás que Él te haga verdaderamente libre?

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(FIN DEL SERMÓN)
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La Escritura Leída por el Dr. Kreighton L. Chan Antes del Sermón: Juan 8:28-36.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
"Jesús Me Ha Alzado" (por Avis B. Christiansen, 1895-1985).



EL BOSQUEJO DE

NO HAY LIBERTAD EXCEPTO EN CRISTO -
UN SERMÓN DEL DR. LLOYD-JONES

por el Dr. R. L. Hymers, Jr.


"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". (Juan 8:32)

(Juan 6:66; 3:18; 8:30-33; Números 32:23; Gálatas 1:8; Juan 8:36).