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¡UN LUGAR LIMPIO Y FELIZ!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles
La Noche del Día del Señor, 5 de Mayo, 2013

“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Apocalipsis 21:27).


Según la Biblia el universo será destruido en fuego. Luego Dios creará un nuevo Cielo y una nueva tierra. Entonces la Nueva Jerusalén descenderá del Cielo. El Apostol dijo:

“Yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido” (Apocalipsis 21:2).

La Nueva Jerusalén es la ciudad capital del estado eterno. El hecho que desciende muestra que ya existe. Pero en aquel día bajará como un cubo gigante y colgará sobre la tierra. Esta es la ciudad capital del Cielo. Este es el hogar eterno de los hijos de Dios. Jesús habló de esto cuando dijo: “voy, pues, a preparar lugar para vosotros” (Juan 14:2).

No podemos decir mucho sobre ella. La Bibla no nos da muchos detalles. La Biblia nos da un vistazo de la gloria de la Nueva Jerusalén. La entrada a la Santa Ciudad se da en nuestro texto:

“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Apocalipsis 21:27).

Este texto revela unas cosas importantes acerca del Cielo.

I. Primero, el Cielo es un lugar limpio y santo.

Eso es evidente de esas palabras, que ninguna cosa “inmunda” o que “hace abominación y mentira” estará allí.

Siempre hay una diferencia aguda entre lo limpio y lo inmundo en las cosas espirituales. Hace cierto tiempo una chica me dijo que sentió un espíritu en su recamara. Ella me dijo que era un “espíritu oscuro”. Ella sabía que era un espíritu maligno, una fuerza demoníaca, maligna. La gente que es sensitiva a las cosas espirituales a menudo habla así. Yo recuerdo haber leído de un adivina en Gales que fue a la iglesia pastoreada por el Dr. Martyn Lloyd-Jones. Ella dijo que sentía la presencia de un espíritu allí. Ella lo describió como un “Espíritu limpio”. No mucho tiempo después ella se volvió Cristiana.

Esta mañana hablé de haber sentido la presencia de Dios en el jardín de mi abuela cuando yo era niño. Alguien dirá: “¿Cómo sabes que era Dios?” Solo puedo decir que era “limpio”. Yo sentí que era Dios porque era limpio.

Muchos miembros de mi familia estuvieron involucrados en varios aspectos de lo oculto. Algunos de ellos dijeron fortunas, leyeron hojas de té, ese tipo de cosas. Otros estaban interesados en la ciencia mental, la teosofía, y demás. Un tío era Masón, y estuvo involucrado en la piramidología. Cuando yo entré en su casa a menudo sentí que espíritus oscuros estaban allí. Pero cuando fui al jardín, o a la calle a una igleisa, había un sentir calmado, limpio. En un lugar había confusión y oscuridad. En el otro había un limpio sentimiento de paz.

Alguien quizá piense que yo estaba engañado, pero no lo creo. La diferencia entre esos sentimientos ha ido conmigo a través de la vida. Me ha ayudado a evitar muchas trampas. Por ejemplo, yo podía sentir lo inmundo del liberalismo en el Seminario Golden Gate Baptist Seminary a pricipios de la década de 1970. Yo lo podía sentir. Yo estaba confundido, sintiéndome sucio. Se sentía igual que el espíritu oscuro de la ciencia mental, los Masones o la piramidología. No tenía ningún atractivo para mi. Yo huía de ello cada día, y tomaba una larga caminata en la tarde afuera en el aire limpio alrededor de la peninsula donde se encontraba el seminario.

Joven, ¿No puedes ver cuando estás en el lugar equivocado? ¿No puedes sentir lo inmundo de esos sitios en Facebook? ¿No puedes sentir la oscuridad de ciertos sitios de la red? ¿No quieres evitar a los espíritus inmundos, y estar al lado de Dios? No veo cómo una persona puede llenar su mente de basura durante la semana, y luego venir a la iglesia y esperar ser salvo el Domingo. ¿Cómo puede ser? La Biblia dice:

“Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (Santiago 4:4).

La Biblia dice:

Salid de en medio de ellos, y apartaos…Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre” (II Corintios 6:17, 18).

Algunas personas necias piensan que pueden tener compañerismo con el Diablo durante la semana, y compañerismo con Dios el Domingo. ¡Nunca puede ser – ni aquí ni en el Cielo!

“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Apocalipsis 21:27).

II. Segundo, el Cielo es un lugar de reposo.

El pecado de este mundo presente nos detiene de tener reposo completo. El mundo es un lugar inquieto a causa del pecado. La Biblia dice:

“Los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Isaías 57:20, 21).

Los pecadores no pueden “estarse quieto[s]”. Igual que el mar en tempestad, arrojan “cieno y lodo”. Es por eso que no hay paz en la tierra.

Ve y trata de hacerte una vida feliz, pacífica en la tierra. Elige todo lo que piensas que hará tu vida más agradable. Toma el dinero, una casa e inversiones. Toma el aprender, la salud y la belleza. Toma vacaciones, deportes, y muchas amistades. Toma todo lo que tu mente puede imaginar o tu corazón pueda desear. Toma todo lo que puedas, pero te digo, aun entonces no hallarás reposo. Yo sé muy bien que en unos cortos años todo estará hueco, vacío, y sin satisfacer – todo cansancio y decepción. Entonces te sentirás como Salomón, quien dijo:

“Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu” (Eclesiastés 2:17).

El Obispo J. C. Ryle dijo:

       Esta vida, tan llena de tribulaciones, dolores y preocupaciones, de ansiedad y labores y trabajos; esta vida de pérdidas, de lutos, de partidas, de separaciones, de duelos y penas, de enfermedad y dolor…ciertamente estaría yo destrozado hasta la tierra con miseria, si yo sintiera que esta vida lo es todo. Si yo pensara que no hay nada para mí más allá de la oscura, fría, callada y solitaria tumba, en realidad diría que sería mejor nunca haber nacido.
       Gracias a Dios, esta vida no lo es todo. Hay un glorioso reposo más allá de la tumba. Esta tierra es solo una escuela de entrenamiento para la eternidad. Estas tumbas son solo una casa a medio camino hacia el cielo. Yo me siento seguro de que éste mi pobre cuerpo resucitará; que esto corruptible se vestirá de incorrupción, y lo mortal de inmortalidad, y estará con Cristo para siempre. Sí, el cielo es verdad y no una mentira. Yo no lo dudaré. No estoy más seguro de mi propia existencia más que de esto – Todavía queda un reposo para el pueblo de Dios. (Traducción de J. C. Ryle, “Home at Last!”).

¡Y ese reposo está arriba en el Cielo!

Cuando allá se pase lista,    Cuando allá se pase lista, Cuando allá se pase lista,    A mi nombre yo feliz responderé. (Traducción de “When the Roll is Called up Yonder”      por James M. Black, 1856-1938).

¡Amén! ¡Cántala conmigo!

Cuando allá se pase lista,    Cuando allá se pase lista, Cuando allá se pase lista,    A mi nombre yo feliz responderé.

Se pueden sentar.

El Cielo será un lugar de reposo y paz. Los que estan en el Cielo ya no estarán en guerra contra el mundo, la carne y el Diablo. En el Cielo no habrá enemigos espirituales que temer. No habrá cuerpo vil, terrenal que mortificar. No habrá maldad contra la cual orar. En el Cielo el pecado y la tentación quedan afuera para siempre.

No sé cómo se sienten los jovenes hoy cuando vienen las vacaciones. ¡Pero cuando yo era joven nos sentíamos liberados! ¡Nos sentíamos libres para reír y jugar, y hacer lo que quisieramos. ¡Así nos sentiremos en el Cielo! Ahora debemos soportar dificultades y pelear la batalla de la fe. Ahora debemos encarar decepciones. Los que traemos a la iglesia nos decepcionan. Nuestros propios hijos a veces nos causan dolor. Trabajamos tan fuerte para ganar a los perdidos, y edificar la iglesia. Pero a veces hay tiempos cuando viene un golpe fuerte tras el otro que casi nos hace flaquear en nuestra fe. Pero en el Cielo no será así. Ahora somos zarandeados en un oceano tempestuoso. Luego estaremos a salvo en tierra. Ahora tenemos que trabajar. Entonces recibiremos nuestro pago. Ahora tenemos que batallar. Entonces la victoria estará ganada. Ahora tenemos que llevar la cruz. Entonces recibiremos una corona. Ahora estamos viajando por un desierto vacío. Entonces ¡estaremos en casa! Con razón la Biblia dice: “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor” (Apocalipsis 14:13).

No frío viento, o vil soplar,    Su tierra alcanzará; Enfermedad, muerte y dolor,    No sentirán ya más. Al lugar prometido voy,    A la tierra prometida; ¡Oh, ¿quién vendrá, conmigo irá?    A la tierra prometida! (Traducción de “On Jordan’s Stormy Banks” por Samuel Stennett, 1727-1795).

“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Apocalipsis 21:27).

No entrará niguna cosa “inmunda” en el Cielo. Los que viven solo por este mundo no estarán allí. Los que se ensucian con lo inmundo en el Internet no estarán allí. Los que piensan solo en placer, lo que piensan solo en el dinero, los que no conocen el dolor por el pecado – no estarán allí.

Nada que “hace abominación” estará allí. Los pornografos, adulteros, que siguen sus pasiones, cuyo objetivo es solamente complacerse a sí mismos. Ellos no estarán allí.

Me sorprendió ver una mujer en mi gimnasio el Viernes. No la había visto en varios meses. Yo sé que ella vive una vida suelta. Pero ella me dijo: “Las cosas se ponen peor. En los últimos meses he estado sorprendida de ver y oír lo que la gente anda haciendo ahora”. Hasta algunos que no son Cristianos ahora se asustan por el modo en que la gente habla, de cómo actuan, y las cosas que hacen. La Biblia pone muy en claro que tal gente no estará en el Cielo.

Nada que hace “mentira” estará allí. Tú sabes cómo la gente miente hoy en día. Prometen una cosa y hacen otra. Dicen una cosa, pero hacen algo diferente. Hasta vienen a la iglesia y pretenden querer ser Cristianos. Este es el peor tipo de hipócrita. Pueden engañar al pastor. Pueden engañar a sus amistades y familiares. Hasta pueden tratar de engañarse a sí mismos. Pero son mentirosos ante los ojos de Dios. Y si no se arrepienten no entrarán al Cielo.

Tú quizá piensas que estoy siendo demasiado duro. Pero si llegas a estar de pie afuera de las puertas del Cielo y se te despide – si Cristo te dice: “Nunca os conocí; apartaos de mí” – recuerda que te advertí (Mateo 7:23). Recuerda entonces que te dije que los que son mundanos y viven vidas malas jamás entrarán en el Cielo. ¡Si te aferras a las cosas que Dios aborrece de ninguna manera entrarás en el Cielo!

Entonces, ¿quién entrará en el Cielo? El texto dice: “sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Apocalipsis 21:27). ¿Quienes son ellos? ¿Quienes son aquellos cuyos nombres están “inscritos en el libro de la vida del Cordero”?

Ellos son los que han sido convictos de su pecado. Ellos son los que pararon de pensar que eran buenos lo suficiente para entrar allí. Ellos son los que confesaron, “Señor, en verdad soy inmundo”.

También, ellos son los que confiaron en Jesús. Ellos hallaron que Jesús murió para pagar por sus pecados. Y ellos se lanzaron sobre Él y clamaron por misericordia. Ellos han creído en Cristo y confiaron en Él para salvación.

Una vez más – ellos son los que han renacido, y ahora viven una vida nueva. Ellos son los que quieren ser más santos. Ellos aman a Dios y quieren vivir por Él. Ese es el carácter de aquellos cuyos nombres están inscritos en el libro de la vida del Cordero. Esos son los hombres y mujeres que entrarán al Cielo. ¡Y nada los puede mantener fuera!

Piénsalo bien. Si no le puedes dar tu corazón a Cristo ahora, ¿cómo podrías en realidad disfrutar el Cielo cuando mueras? ¿Podrías ser feliz allí en tu presente condición? ¿Podrías cantar cantos alegres con los santos en el Cielo? ¿Podrías disfrutar largas conversaciones con los profetas y los Apóstoles? ¡De seguro querrías salirte de allí y unirte a tus amigos afuera! No podría haber reposo para tí en el Cielo si tu corazón no es cambiado.

Tú tienes que arrepentirte de tus pecados y confiar en Cristo. La noche antes de que Él muriera en la Cruz Él se arrodilló en el Huerto de Getsemaní. Allí en la oscuridad Él fue sobrecargado cuando tus pecados fueron puestos sobre Él. Él sudó “como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”, bajo el peso de tu pecado. El día siguiente Él fue voluntariamente a la Cruz. Allí Él pagó la pena completa por tu pecado. Pero tú tienes que voltearte de tu maldad y confiar en Él. Tú tienes que rendirle tu vida a Él. Ríndele tu cuerpo, tu mente, y tu corazón a Jesús. Confía en Él como el Señor de tu vida. Deja que tenga control completo de tí. Eso es lo que significa confiar en Él. Y cuando tú confías en Él, puedes estar seguro de que tu nombre está en el Libro de la Vida. Tú puedes estar seguro de que estarás en el Cielo cuando mueras.

Voy a pedirle al Sr. Griffith que venga y cante su solo otra vez. Si quieres hablar con nosotros sobre volverte un Cristiano verdadero, por favor sal de tu asiento y ve a la parte de atrás del cuarto cuando él cante. Si te gustaría hablar con nosotros sobre las cosas que prediqué esta noche, ve a la parte de atrás del auditorio ahora. Ve rápido ahora mismo mientras él canta.

Que gozoso en Su presencia,
   Sin más penas y dolor;
Se enderece lo torcido,
   Y lo oscuro tenga luz.
Cara a cara le veré a Él,
   Más allá del cielo azul;
Cara a cara en Su gloria,
   En corto tiempo le veré.

¡Cara a cara! ¡Qué delicia!
   Verlo y conocerlo;
Cara a cara mi Redentor,
   Jesucristo quien me amó.
Cara a cara le veré a Él,
   Más allá del cielo azul;
Cara a cara en Su gloria,
   En corto tiempo le veré.
(Traducción de “Face to Face” por Carrie E. Breck, 1855-1934).

Dr. Chan, por favor venga y ore por los que han respondido. Amén.

(FIN DEL SERMÓN)
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Llamale por telefono a (818)352-0452.

La Escritura Leída por el Sr. Mr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Apocalipsis 21:16-27.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Face to Face” (por Carrie E. Breck, 1855-1934).


EL BOSQUEJO DE

¡UN LUGAR LIMPIO Y FELIZ!

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Apocalipsis 21:27).

(Apocalipsis 21:2; Juan 14:2)

I.   Primero, el Cielo es un lugar limpio y santo, Santiago 4:4;
II Corintios 6:17, 18.

II.  Segundo, el Cielo es un lugar de reposo, Isaías 57:20, 21;
Eclesiastés 2:17; Apocalipsis 14:13; Mateo 7:23.