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EL TRABAJO EN EQUIPO EN LA IGLESIA LOCAL

por Dr. Kreighton L. Chan

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Angeles
El Sábado en la Noche, 28 de Mayo, 2016

“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” (I Corintios 3:6).


¡Toda la gloria a Dios por hacer avanzar el reino de Jesús en la tierra, y en nuestra iglesia! Porque es a través de Su poder y Su bendición por sí solos que que se hace algo bien. Él ha hecho grandes cosas en nuestra iglesia. Él está haciendo grandes cosas en nuestra iglesia. ¡Y tenemos muchas, muchas razones para alabar y dar gracias a Dios!

Y leemos en las palabras del Apóstol Pablo, el método usual que Dios trae para Su bendición a la iglesia,

“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” (I Corintios 3:6).

Dios obra en la iglesia mediante el uso de las personas. Él utilizó a Pablo y Apolo. Y en nuestra iglesia El nos utiliza a ti y a mi. ¡Qué gran privilegio y bendición ser usado por Dios!

Al igual que el Señor Jesús, el Apóstol Pablo describe la conversión de los perdidos a través de la agricultura. La parábola del sembrador de Jesús habla de la conversión de un individuo. Pablo lo aplica a la ganancia de almas y discipulado en la iglesia local. Pablo plantó y Apolo regó. Pero cualquier crecimiento requiere la bendición de Dios. Pablo plantó una iglesia por las conversiones a través de la predicación del Evangelio. Y Apolo regó la iglesia mediante edificar a los Cristianos. ¡Ese es el trabajo en equipo! Ambos son importantes y esenciales. Sin embargo, cualquier resultado de su trabajo dependía enteramente de Dios. Lo mismo puede decirse de nuestro trabajo en la iglesia local. Cualquier fruto, cualquier bien de ello depende por completo de la bendición de Dios.

“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” (I Corintios 3:6).

No somos grandes como Pablo o Apolo. Somos Cristianos ordinarios viviendo en los días de la gran apostasía. Pero eso no detiene a Dios de usarnos. Pablo escribió:

“Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento” (I Corintios 3:7).

La verdad es que nadie incluyendo a Pablo y Apolos son realmente nada. ¡Dios es el que da el crecimiento Quién es todo! Él es quien hace lo que hacemos fructuoso y productivo. ¡Y sin Él no podemos hacer nada! Podemos trabajar con fidelidad y muy duro, pero si Dios no lo bendice, nada bueno saldrá de ello. Pero eso no significa que nuestro trabajo no es importante. No, es muy importante. Porque si Pablo no plantara y Apolos no regara, entonces Dios no hubiera dado el aumento. No habría habido ningún trabajo que Dios les bendijera. Y la iglesia no hubiera crecido. Entonces Pablo escribió,

“Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios” (I Corintios 3:9).

Por nosotros mismos no somos nada. No somos nada. ¡Pero si trabajamos juntos con Dios podemos hacer cualquier cosa! Podemos construir nuestra iglesia! Es el propósito de Dios para nosotros utilizar para gana almas y discipularlos. Por nosotros mismos somos inútiles. Pero cuando nos asociamos con Dios, podemos hacer grandes cosas por Él en la construcción de nuestra iglesia!

Podemos edificar nuestra iglesia! El propósito de Dios es usarnos para ganar almas y discipularlas. Nosotros solos somos inútiles. íPero cuando somos colaboradores de Dios, podemos hacer grandes cosas para Él en edificar nuestra iglesia!

“ Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios”

El apóstol Pablo tenía el trabajo de la siembra. Apolos tenía el trabajo de riego. Cada uno tenía su trabajo, y lo hicieron con fidelidad. Y es debido a que hicieron su trabajo que Dios dió el crecimiento de Su bendición.

Nuestro pastor, el Dr. Hymers, ha plantado esta iglesia. Y damos gracias a Dios por usarlo y bendecir sus labores. No estaríamos aquí si nuestro pastor no fuera fiel en hacer su trabajo. Y nuestro pastor sigue siendo fiel en hacer su trabajo. Sin embargo, nuestro pastor es una sola persona. Él no puede hacer todo en nuestra iglesia. Él está dependiendo de nosotros. ¡Y está especialmente dependiendo de vosotros, jóvenes! No todos nosotros podemos predicar el Evangelio y plantar una iglesia. Pero ¿qué con el trabajo de Apolos, el riego de la iglesia '? ¿Quién puede hacer eso?

Apolos llegó a la iglesia de Éfeso. Y la Biblia dice,

“Llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído” (Hechos 18: 27).

Apolo tuvo un gran efecto sobre los Cristianos en Éfeso. Él "fue de gran provecho". Fue una gran ayuda para las personas nuevas allí. Esta es la forma en que se riega la iglesia, ayudando a ellos, discipulándolos. Y esto es algo que todos podemos hacer. No podemos hacer la obra de Pablo en la siembra, pero todos podemos ser una ayuda a la gente nueva. Al igual que Apolos podemos discipularlos. Hacemos esto mediante conocerlos, siendo sus amigos. Llevamos a la gente nueva a la evangelización y les enseñamos cómo hablar con la gente y obtener su nombre y número. Les presentamos una nueva clase de vida en Jesús. Compartimos con ellos lo bueno que es ser Cristiano y recibir las bendiciones de Dios. Oramos para que Dios les ayude a través de todas sus luchas en la vida. Oramos por su conversión. Oramos para que ellos se conviertan en buenos discípulos y buenos soldados de Jesucristo.

Todos nosotros podemos hacer el trabajo de Apolos en ayudar y discipular a la gente nueva. Para ello es necesario el trabajo en equipo. Y es especialmente importante que los jóvenes convertidos hagan esto. Está en la misma generación que nuestras nuevas personas. Y son mucho más propensos a copiarte a tí. Puede tener un gran efecto sobre ellos al traerlos a nuestra iglesia.

Pero Apolo era también un predicador. La Biblia dice que él era "un hombre elocuente, poderoso en las Escrituras ... fervoroso [ardiente] en el espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor" (Hechos 18:24, 25). ¿Quién va a predicar después de que nuestro pastor se haya ido? ¡Que uno de nuestros jóvenes arda por Jesús! Y al igual que Apolos se ponga de pie con gran valor y predique el Evangelio! ¡Y que Dios instruya a otro joven para ser un candidato diácono al lado del predicador para dirigir a nuestros jóvenes! ¡Hazlo! ¡Hazlo! ¡Sé un líder de nuestro equipo!

Y ¿qué de los otros miembros de la iglesia en Efeso? ¿No había trabajo que hacer aparte de la siembra y el riego? Por supuesto, sí había. Estaba la obra de la evangelización. Alguien tenía que llevar a la gente a la iglesia para que Pablo pudiera predicarles y Apolos pudiera discipularlos. Y nuestro trabajo principal es la evangelización, haciendo discípulos de todas las naciones. ¡Hagamoslo con gran celo! Tengamos gran trabajo en equipo en nuestro evangelismo. Esto no es algo que sólo unas pocas personas deben hacer. ¡El evangelismo es algo que todos nosotros podemos y debemos hacer! Durante nuestra cosecha de otoño necesitamos que todos salgan y hagan evangelismo. Jesús dijo:

“La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies” (Lucas 10:2).

La cosecha de los jóvenes es grande. Hay muchos, muchos estudiantes y jóvenes de edad universitaria y muchachas en los campus universitarios, centros comerciales y calles. Sin embargo, nuestros trabajadores son relativamente pocos para cosecharlos, para traerlos adentro. Más de ustedes pueden salir a la evangelización para obtener más nombres. Jesús nos enseñó a orar por más obreros para ser enviados a su mies. Estamos orando que algunos de ustedes se vuelvan obreros. ¡Sal y únete a nuestro equipo en ganar almas! Si ya estás haciendo evangelismo, hazte un trabajador mejor y más celoso. Sal a evangelizar y traer nombres y números. ¡Hazlo! ¡Hazlo! ¡Vamos todos a hacerlo! Se requiere trabajo en equipo para construir nuestra iglesia. ¡Asegúrate de ser parte del equipo!

La cosecha del otoño viene pronto. Pero no esperes hasta entonces. ¡Ve ahora! ¡Seamos fructuosos en el evangelismo! Seamos fieles en discipular y cuidar y amar a la gente nueva. Si estas aquí esta noche, ya no eres una persona nueva. Sé parte de nuestro equipo en hacer evangelismo, trae nombres y números. Hagamos trabajo en equipo buscando que Dios añada el crecimiento de Sus bendiciones.

Entonces Pablo escribió:

“Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor”.

Tenemos trabajos diferentes en la iglesia. Nuestro pastor predica y guía nuestra iglesia. Los Diaconos asisten al pastor. Unos trabajan en la sala de consejo. Los telefonistas llaman, y otras personas manejan. Muchos de nosotros tenemos diferentes trabajos. Pero todos tenemos un solo propósito. Y es edificar nuestra iglesia por conversiones y hacer discípulos. Todos trabajamos como equipo por esta meta común. En el mundo la gente actua como individuo buscando su propia ganancia. Pero los Cristianos verdaderos solo tienen una meta principal en su vida. Y es complacer a Jesucristo. El Apóstol Pablo escribió:

“ Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” (Filipenses 2:21).

La actitud del mundo es buscar su propia gloria. Y los perdidos nunca dan la gloria a Dios por ninguno de sus logros. Que eso nunca sea cierto de nosotros. ¡Si el exito secular se logra por la bendición de Dios, cuánto más nuestro exito espiritual! Que esta idea nos humille y nos anime a ser fieles en nuestro servicio. ¡Demosle la gloria a Dios por las grandes cosas que ha hecho! ¡Demosle gracias a Dios por darnos la fuerza para hacer lo poco que hemos hecho.

Nosotros como iglesia trabajamos en equipo para complacer a Jesús. Todos trabajamos como equipo para traer a los perdidos a nuestra iglesia. Todos trabajamos como equipo para amar y discipularlos. Podemos hacer cosas como equipo que no podemos hacer solos. La Biblia dice:

“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo” (Eclesiastés 4:9).

Jesús nos dio el ejemplo de trabajar en equipo al enviar a Sus discípulos “de dos en dos” (Marcos 6:7). Y el trabajo en equipo se ve claramente en el ministerio del Apóstol Pablo. Nunca ministró ni viajó solo. Leemos que estuvo ya sea con Bernabé, Lucas, Silas, o Timoteo todo el tiempo. Y tal como Pablo con sus hermanos, nuestra iglesia es un equipo. El gran evangelista John Wesley dijo: “No hay nada menos Cristiano que un Cristiano solitario”. ¡Trabajemos todos como equipo por el único propósito de edificar nuestra iglesia para la gloria de Dios!

“ Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios”

He hallado gran gozo en servir a Jesús junto a mis hermanos y hermanas en la iglesia. Porque tenemos gran compañerismo al trabajar juntos como equipo. El Salmista escribió:

“¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía!” (Salmo 133:1).

En nuestro compañerismo y en nuestro trabajo habitamos o estamos juntos en unidad, como uno. Es un gozo hacerlo. Y trabajar en equipo también te fortalecerá a tí. La Biblia dice:

“ Hierro con hierro se aguza; Y así el hombre aguza el rostro de su amigo” (Proverbios 27:17).

Los Treinta y nueve se convirtieron en oro puro a través del horno de aflicciones durante la división de la iglesia. Pero también se hicieron fuertes como el hierro mediante el animarse y fortalecerse uno a otro. Fuimos "hierro [que aguza] al hierro”. A medida que trabajamos juntos como un equipo, nos hicimos fuertes. Así es como nuestra iglesia pudo producir Cristianos como la señora Salazar, la señora Hymers, el Dr. Cagan, y el Sr. Griffith. Y, jóvenes, si se pegan juntos como un equipo en el trabajo para Jesús, llegarán a ser fuertes,también.

Cuando me siento débil y desanimado, veo a nuestros jovens que están activos en la obra. Esto me da animo y me fortalece. Miro a los jovenes, y me emociono por el futuro de nuestra iglesia. Fuimos jovenes un día. Pero ya no lo somos. Dios ha dado crecimiento de Sus bendiciones a nuestro trabajo para poder salvar el edificio de nuestra iglesia. Y Dios dará el crecimiento a tu trabajo para que puedas salvar a nuestra iglesia. Solamente sé fiel, celoso, y trabaja como equipo, y Dios bendecirá.

¡Jovenes, nosotros los apoyamos! ¡Los animamos! Porque son el futuro de nuestra iglesia. Nuestras esperanzas y sueños por nuestra iglesia continuan viviendo por medio de ustedes. Somos sus mentores. Somos sus guías. Pero debes traer a los jovenes. Les debes predicar. Los debes discipular. Con la bendición de Dios sobre tu trabajo edificarás nuestra iglesia. El trabajo no será fácil. Pero trabajar juntos como equipo lo hará más fácil. Y Dios no olvidará lo que has hecho por Él. Él te recompensará. Dios nos recompensará a todos al trabajar juntos. ¡ Amen!


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(FIN DEL SERMÓN)
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