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PIDIENDO PAN PARA LOS PECADORES

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Noche del Día del Señor, 2 de Agosto, 2015

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:13).


Una parábola es una historia que ilustra una verdad espiritual. Esta parábola es una historia muy simple. Uno de los Discípulos dijo: “Señor, enséñanos a orar” (Lucas 11:1). Jesús les dio la Oración del Padre Nuestro. Es una oración que yo he orado toda mi vida al menos una vez al día. Pero entonces Jesús les dio esta pequeña historia, esta sencilla parábola.

Jesús habló de un hombre cuyo amigo vino a su casa a medianoche, pero el hombre no tenía pan. Así que fue a la casa de su vecino y le pidió tres panes. Le dijo a su vecino que un amigo había llegado a su casa de un largo viaje. “Y no tengo qué ponerle delante”. El vecino le dijo que se fuera. Él y sus hijos ya estaban en cama. Sin embargo, el hombre afuera continuaba llamando a la puerta. Finalmente el vecino abrió la puerta y le dio el pan que necesitaba.

Entonces Jesús dio la clave de esta parábola; lo que la gente llamaba la “moraleja” de la historia, la razón para contarla:

“Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Lucas 11:9).

El idioma en el Griego original implica un continuo pedir, buscar, llamar. El Dr. John R. Rice dijo que el verso podría ser traducido, “Sigan pidiendo, y se os dará; sigan llamando, y se os abrirá” (traducción de Prayer: Asking and Receiving, Sword of the Lord Publishers, 1970 edition, p. 94).

Entonces hay una segunda clave para la parábola. El hombre estaba pidiendo “pan” cuando llamó a la puerta. ¿Qué es este “pan”? El versículo trece da la respuesta, “¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Yo sé que hay otras aplicaciones, pero estoy convencido de que el punto principal es este – debemos pedir, buscar, y llamar para que Dios de el Espíritu Santo a los pecadores, para iluminarlos, para convencerlos del pecado, para atraerlos a Jesús. Por lo tanto, creo que el “pan” en la parábola habla del Espíritu Santo. En el versículo seis el hombre que pide el pan dijo: “Un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante”. Sin la presencia del Espíritu Santo, no tenemos nada para los pecadores perdidos que vienen a nuestros servicios.

Recuerdo las veces cuando había preparado un sermón con cuidado. ¡Pero cuando iba al púlpito parecía que solo estaba soplando aire de mi boca! El sermón tenía buenos puntos, y podría haber ayudado a los pecadores perdidos. Pero no había poder en él. Nadie fue bendecido. Algunos predicadores en los últimos días no tienen idea de lo que estoy hablando. Ellos nunca experimentan ninguna diferencia cuando predican. Esto es triste, porque significa que están totalmente inconscientes del Espíritu Santo. Ni siquiera pueden decir si el Espíritu de Dios está presente cuando predican.

Una vez llevé a mi padre perdido a escuchar un sermón de un famoso predicador que vino de la calle Bourbon en Nueva Orleans. La gente me había dicho que este hombre podría alcanzar a mi padre porque él contaba chistes que causaban que hombres de mediana edad escucharan – y respondieran al Evangelio. Fue la única vez que fui a la iglesia solo con mi padre. El predicador de la calle Bourbon se puso de pie y empezó a contar chistes. Él era muy bueno haciendo eso. ¡Muy bueno en verdad! Al final de su discurso dijo una palabra o dos acerca de ser salvo. Luego dio la invitación –para pasar al frente y ser salvo. Mi padre no se movió. Cuando estábamos en el carro unos minutos más tarde le pregunté qué pensaba. Mi papá dijo: “No es tan bueno como Bob Hope”. (Para ustedes que son más jóvenes – Bob Hope fue un famoso comediante que contaba chistes). Mi papá sólo dijo: “No es tan bueno como Bob Hope”.

La congregación se había reído durante todo el mensaje del predicador de la calle Bourbon. Estoy seguro que él pensó que él era un gran éxito. ¡Pero el Espíritu Santo no estaba allí! ¡De ningún modo! Lo sabía entonces y lo sé ahora. Mi padre había ido porque yo le supliqué a él. Sí, mi papá había ido – ¡pero el Espíritu Santo no había ido! Mi padre era un pecador perdido – pero no había “pan” para él en esa iglesia, que estaba cerca de Downey.

“Porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante” (Lucas 11:6).

Si yo me paro aquí para predicar y el Espíritu Santo no está aquí, nadie será ayudado, nadie será salvo, nadie se hará un discípulo de Jesús. Por eso ruego sobre cada frase y cada párrafo, mientras escribo estos sermones. Por eso les pido que oren por los sermones en nuestras tres reuniones de oración. Es por eso que le pedimos a dos guerreros de oración que oren juntos en otro cuarto mientras yo estoy predicando. De lo contrario no tenemos nada que dar desde el púlpito – “No tengo nada que [ponerles] delante”. ¡Esa es la trágica situación en muchas iglesias en los últimos días! ¡Ora que eso no nos suceda a nosotros también!

¿Cómo debemos orar para que Dios envíe “pan” para los pecadores? ¿Cómo debemos orar por el Espíritu Santo? Mira el versículo 9,

“Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Lucas 11:9).

¡Continúa pidiendo! ¡Continúa buscando! ¡Continúa llamando! No te rindas. No te detengas. Ora con celo para que Dios encienda tu alma – para que puedas orar por el Espíritu Santo – ¡por pan para los pecadores que mueren de hambre!

Luego, también, tenemos que pedirle a Dios que use el compañerismo para que le de pan a los pecadores. Tendremos maravillosa comida, preparada por la señora Cook, la señora Lee, Robert Lewis, el señor Dixon y otros. Pero si el Espíritu Santo no está presente, nuestras comidas después de los servicios de la mañana y de la noche no ayudarán a la gente. Sé de una iglesia que solía tener comidas después de los servicios. La esposa del pastor me habló de eso con entusiasmo. Dijo que muchas personas entraron en la iglesia a través de esas comidas. Entonces le pregunté: “¿Aún tienen esas comidas?” Ella dijo: “No. Ya no parecía ayudar a las personas más, por lo que dejamos de tenerlas”. Yo no dije nada, pero yo sabía la razón. No era que las comidas no ayudaban a la gente. ¡La verdadera razón fue porque dejaron de orar por las comidas! Cuando el Espíritu Santo no está presente, ¿por qué la gente va a querer venir a una comida? ¡Si el Espíritu Santo no está presente es sólo otra comida! ¿Para qué molestarse? ¿Por qué no comer una hamburguesa? ¿Por qué no comer en la casa?

“Porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante” (Lucas 11:6).

¡Un predicador pensó que nuestras comidas eran geniales! Pero él pensó que lo cambiaría solo ligeramente – porque es difícil cocinar una gran comida como nosotros lo hacemos. Así que lo cambió “sólo un poco”. En lugar de servir una comida él pondría a las damas de la iglesia a que sirvieran aperitivos. Cuando Alfred Hitchcock estaba a punto de estrenar su película de terror “Psicosis” invitó a todos los magnates del cine al estudio. Él les sirvió “bocadillos” – “hecho de dedos verdaderos” – ¡él se los dijo! ¡Una mujer gritó y los tiró al suelo!

Aperitivos son buenos para una recepción, pero no ayudan a un grupo de jóvenes hambrientos que acaban de tener un largo servicio de la iglesia. Yo creo que el pastor hubiera visto este error si él y su gente hubieran orado en serio al respecto. Ves, incluso la comida que servimos no será una bendición para las personas si el Espíritu Santo no está con nosotros. Si el Espíritu de Dios no está aquí – ¡no tenemos nada que ponerles delante!

“Porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante” (Lucas 11:6).

Un predicador en el Este del país me dijo que su iglesia sirve una comida después del servicio de la mañana. Entonces todos regresan al auditorio para otro estudio Bíblico corto. Por lo tanto, dijo, no necesitaban un servicio de Domingo por la noche. Dijo que tener el almuerzo, seguido por un estudio Bíblico era tan bueno como tener un servicio de noche. Él gruñó, “¡Obtienen la misma cantidad de la Biblia!”

Yo pensé: “¡Pobre hombre! ¡No es de extrañar que nunca ha sido un pastor exitoso!” ¡El propósito de un servicio de la noche no es para meter más versículos Bíblicos en el cerebro de los rebeldes “niños de la iglesia!” ¿No podía ver eso? ¡Al quitar el servicio de la noche pierde la oportunidad de que su gente traiga a los perdidos a un servicio de evangelización! ¡Que Dios nos ayude! Si el pastor y su gente hubieran estado orando seriamente sobre esto, estoy seguro que Dios les hubiera mostrado la necedad de lo que estaban haciendo. ¡La gente perdida no viene y no es salva porque el Espíritu Santo no está allí para dirigir al pastor, y avivar a la gente! ¡Que Dios nos ayude en estos días malos!

“Porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante” (Lucas 11:6).

¡En los últimos días, los predicadores y los miembros de la iglesia parecen tropezar en la oscuridad! Todo lo que hacemos en la iglesia debe estar saturado en oración. De lo contrario se dirá de nosotros, “Tienes nombre de que vives, y estás muerto” (Apocalipsis 3:1). Tienes nombre de que vives – pero estás muerto”. Eso le puede suceder a cualquier iglesia – especialmente en este tiempo malo – ¡en los últimos días! ¡Si no pedimos por la presencia del Espíritu Santo en todo lo que hacemos, pronto vamos a estar tan muertos como la iglesia de Sardis!

“Porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante” (Lucas 11:6).

Me temo que eso es cierto en la mayoría de nuestras iglesias hoy. Cuando nuestra gente se va de vacaciones, casi siempre vuelven y me dicen que se sintieron decepcionados por las iglesias a que asistieron. “Las canciones estaban muertas”. “El predicador era aburrido”. “La gente era hostil”. “Ellos no tenían un servicio de Domingo por la noche”. “Fuimos a la reunión de oración, pero no había verdadera oración – solo otro estudio Bíblico”. Si nuestra gente piensa eso, ¡también lo piensan los perdidos! ¡No es extraño que las iglesias de los últimos días sean tan débiles!

“Porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante” (Lucas 11:6).

Ahora, no debemos hacernos orgullosos. ¡Por favor, recuerda que nosotros no somos mejores! Debemos confesar nuestras debilidades o no podemos tener la fuerza de Dios. Hemos aprendido a ayunar y orar – ¡porque el ayuno es uno de los requisitos para un fuerte poder sobre Satanás y lo demoníaco! (Marcos 9:29). Hemos ayunado y orado, y hemos recibido algunas bendiciones. Pero debemos continuar ayunando el próximo Sábado hasta que tengamos una comida juntos a las 5:30 aquí en la iglesia.

Esta noche les pido que oren por la presencia del Espíritu Santo en todas nuestras actividades. ¡Sin la presencia del Espíritu de Dios, “no tenemos qué ponerles delante” a los pecadores perdidos! Por lo tanto debemos orar en detalle para que el Espíritu Santo descienda en todo lo que hacemos. El Espíritu Santo es el “pan” que debemos tener, o los pecadores se irán de nuestra iglesia con hambre – y no serán salvos.

Sí, Jesús murió en la Cruz para salvar a los pecadores de la ira de Dios. Sí, Jesús resucitó de entre los muertos para dar a los pecadores el nuevo nacimiento, ¡aun para darles vida eterna dentro de ellos! Pero estas cosas no serán reales para ellos sin la obra del Espíritu de Dios. Por lo tanto, toda la semana, cuando ores, ora por pan para los pecadores. Ora para que Dios envíe el Espíritu Santo a nuestros servicios para iluminar sus mentes oscurecidas, y para hacerles sentir la culpa de su pecado, ¡y su gran necesidad del Señor Jesucristo! Ahora mira a Lucas 11:13. Está en la página 1048 en la Biblia anotada de Scofield. Por favor pónganse de pie mientras lo leo.

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:13).

Ahora aquí está la lista de cosas para orar esta semana, especialmente el Sábado.


1.   Haz tu ayuno en secreto (lo más posible). No vayas por ahí diciéndole a la gente que estás ayunando.

2.   Dedica tiempo a leer la Biblia. Lee algunas partes del Libro de los Hechos (preferentemente cerca del principio).

3.   Memoriza Isaías 58:6 durante el ayuno del Sábado.

4.   Ora que Dios nos de 10 o más personas nuevas que se queden con nosotros.

5.   Ora para la conversión de nuestros jóvenes no salvos. Ora para que Dios haga con ellos lo que dijo en Isaías 58:6.

6.   Ora que los visitantes de primera vez hoy (Domingo) sean atraídos de nuevo el próximo Domingo. Ora por ellos por nombre si es posible.

7.   Ora que Dios me muestre qué predicar el próximo Domingo – por la mañana y por la noche.

8.   Bebe mucha agua. Cerca de un vaso cada hora. Puedes beber una taza grande de café al principio si estás acostumbrado a beberlo todos los días. No bebas sodas, bebidas energéticas, etc.

9.   Consulta a un médico antes de ayunar si tienes alguna pregunta sobre tu salud. (Puedes ver al Dr. Kreighton Chan o la Dra. Judith Cagan en nuestra iglesia.) No ayunes si tienes una enfermedad seria, como la diabetes o la presión alta. Solo usa el Sábado para orar por estas peticiones.

10. Comienza tu ayuno después de la cena del Viernes. No comas nada después de la cena del Viernes hasta que tengamos una comida en la iglesia a las 5:30 el Sábado por la tarde.

11. Recuerda que lo más importante es orar por los jóvenes perdidos en nuestra iglesia para que sean convertidos – y también por los jóvenes nuevos que están viniendo durante este tiempo, que se queden con nosotros permanentemente.


Si este sermón te bendijo por favor envía un correo electrónico a Dr.
Hymers y díselo. Por favor también dile de que país estás escribiendo. El
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(FIN DEL SERMÓN)
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autorización de Dr. Hymers. Sin embargo, todos los mensajes de video de Dr.
Hymers sí tienen derechos de autor y solo pueden ser usados con autorización.

La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Lucas 11:5-13.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“I Am Praying For You” (por S. O’Malley Clough, 1837-1910).