Print Sermon

El propósito de este sitio de Internet es proporcionar manuscritos de sermones gratuitos y videos de sermones a pastores y misioneros en todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo, donde hay pocos, si es que hay, seminarios teológicos o escuelas Bíblicas.

Estos manuscritos de sermones y videos ahora van a casi 1,500,000 computadoras en más de 221 países todos los meses en www.sermonsfortheworld.com. Otros cientos miran los videos en YouTube, pero rápidamente dejan YouTube y vienen a nuestro sitio de Internet. Los manuscritos de sermones se dan en 46 idiomas a casi 120,000 computadoras cada mes. Los manuscritos de sermones no tienen derecho de autor, así que los predicadores pueden usarlos sin nuestro permiso. Por favor, oprime aquí para aprender cómo puedes hacer una donación mensual para ayudarnos en esta gran obra de predicar el Evangelio a todo el mundo.

Cuando le escribas a Dr. Hymers, siempre dile en qué país vives o él no te podrá contestar. El correo electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net.




CISTERNAS ROTAS

por Dr. Kreighton L. Chan

Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, Diciembre 1, 2013

“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua” (Jeremías 2:13).


Los pecadores hoy en día son igual que hace 2600 años. Rechazan a Dios en Jesús. Rechazan la vida eterna que Él ofrece. Eligen una vida de pasatiempos baratos y temporales. Pero no pueden tener alegría duradera o paz de esa manera.

Jeremías dio un símbolo para aclarar este punto. Él utilizó el agua como símbolo de vida. El agua es absolutamente necesaria. Sin ella morirás. Puedes vivir dos o tres meses sin comida pero sólo unos pocos días sin agua.

Dios nos da la vida eterna a través de Su Hijo Jesucristo. Cristo habló a la mujer en el pozo. Él dijo:

“Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva” (Juan 4:10).

Dios libremente nos ofrece a Jesús. Él es la Fuente de Agua Viva. Él nos da el perdón de los pecados, la paz con Dios, y la vida eterna. Jesús también trae una gran satisfacción a nuestras vidas. Podemos tener esta bendición ahora y por toda la eternidad. Pero los pecadores que lo rechazan se pierden de todo esto.

Tú tratas de crear una buena vida para ti mismo sin Jesús. Tú buscas tu propia fuente de placer y satisfacción. No vienes a Jesús, la Fuente de Agua Viva para esto. Pero trabajarás duro para encontrar otra manera de conseguirlo. Esto es lo que nuestro texto describe como “cavaron” o tallaron cisternas. La palabra Hebrea traducida “cisterna” también puede ser traducida como “pozo”, o podemos decir una olla grande de agua. Los Judíos en los tiempos Bíblicos cavaban estas cisternas de piedra sólida. El agua almacenada en estas cisternas se guardaba para ser usada después. El agua no era fresca, que fluía, sabrosa como de una fuente. El agua en estas cisternas era fea y contaminada. Con frecuencia estas cisternas se rompían y el agua se derramaba. Lo único que quedaba era el barro seco.

I. Primero, el pecado de rechazar a Jesús, la Fuente de Agua Viva.

“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva” (Jeremías 2:13a).

La Biblia deja muy claro que es un gran pecado rechazar a Jesús. Jesús dijo:

“De pecado, por cuanto no creen en mí” (Juan 16:9).

Es un gran pecado no creer en Jesús. Jesús te ofrece vida eterna y el perdón de los pecados gratuitamente. Sólo tienes que venir a Él para recibirlo. Pero en tu depravación pecaminosa no quieres venir. Eres feliz de la manera que eres. No ves ninguna necesidad del perdón de los pecados y la vida eterna. El rechazar a Jesús es el pecado por encima de todos los demás que envía a los pecadores al Infierno.

Jesús dijo:

“El que no creyere, será condenado” (Marcos 16:16).

Si no crees en Jesús, serás condenado al Infierno. Pero ese terrible pensamiento no te conmueve. No estás convencido de tus pecados. Y no tienes sed espiritual para que tus pecados sean perdonados. Tienes una gran sed de toda clase de pecados en el mundo. Pero no tienes sed de Jesús.

Como pecador depravado estás muerto espiritualmente. Estás completamente desconectado de la vida de Dios. Sin embargo Dios en su gran misericordia ofrece el perdón de los pecados por medio de Jesús. Él te ofrece vida de entre los muertos por medio de Jesús. Cristo es la Fuente de Agua Viva. Sólo Él puede darte vida. Sin embargo no vienes a Él.

Muchos de ustedes rechazan a Jesús porque son orgullosos. Dices en tu corazón:

“No queremos que éste reine sobre nosotros” (Lucas 19:14).

Estás dispuesto a recibir a Jesús como Salvador pero no lo vas a seguir como Señor. Pero Jesús no puede ser dividido. Él es Salvador y Señor. ¡Por lo que nunca realmente recibes a Jesús! Y permaneces en tus pecados.

Jesús dijo:

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23).

Pero no estás dispuesto a sacrificarte para seguir a Jesús. Y no puedes ser Su discípulo. No tienes ningún deseo de hacer evangelismo. No tienes deseos de leer tu Biblia. No tienes deseos de estudiar los sermones. No lloras por tu corazón pecaminoso. No buscas a Jesús con todo tu corazón. De verdad no le buscas para nada. En vez rechazas a Jesús una y otra vez. Jesús se ofrece gratuitamente a ti. Sin embargo no quieres venir a Él.

Jesús te dice:

“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).

II. Segundo, el pecado de cavar cisternas rotas que no retienen agua.

“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua” (Jeremías 2:13).

Tú rechazas a Jesús y la vida eterna que Él ofrece. En vez tú buscas una vida mundana pecaminosa. No buscas la vida eterna por medio de Jesús la Fuente de Agua Viva. Pero buscas la vida que ofrece el mundo.

La Cisterna rota del placer. Pecadores como tú buscan una vida de gozo y placer. Crees que eso va a satisfacerte y darle sentido a tu vida. Vas a tratar de llenar todo tu tiempo con cosas “divertidas”. Vas a Las Vegas. Vas al cine. Te vas de fiesta con tus amigos. Vas a orgías. Bebes, consumes drogas, y miras pornografía. ¿Y qué te queda? Quedas sin dinero, con una cruda, y una pecaminosa insatisfecha lujuria por las mujeres.

Dices: “Tengo que probar los pecados del mundo y descubrir lo que se siente. Quiero disfrutarlos”. Tienes al mundo en alta estima. Y piensas que privarte de sus pecados sería un gran error. Dices: “No puedo perdérmelos”. Eso es como decir: “Tengo que beber veneno, porque no quiero perder la oportunidad de morir”. Y crees la mentira del Diablo, y le das tu corazón por completo a estos males.

La Biblia habla de ti como “amadores de los deleites más que de Dios” (II Timoteo 3:4). Vas a “gozar de los deleites temporales” (Hebreos 11:25). Pero pronto te darás cuenta de que los placeres del pecado son temporales. Dejarán de producir la emoción pecaminosa de antes. Todos estos pecados te dejarán más insatisfecho que nunca. No tendrás paz interior. Ninguna satisfacción. Tu cisterna rota de placer te dejará con el barro seco de descontento. Y luego está la muerte y el Infierno.

La cisterna rota de la familia y amigos. Muchas personas tienen miedo de comprometer su vida a Jesús. Tienes miedo de lo que tu familia va a decir. Eso es especialmente cierto de los jóvenes Chinos. Piensas: “Voy a tener paz y plenitud si pongo a mi familia en primer lugar”. Dices: “No puedo ir al servicio de Domingo por la noche, porque tengo que cenar con mi familia”. Pero tú cenas con tu familia casi todas las noches de la semana. Eso es sólo una excusa para faltar a la iglesia y para idolatrar a tu familia. Muchos jóvenes Chinos me dicen: “Usted no entiende. Soy Chino y mi familia es lo más importante para mí”. Amar a tu madre es bueno y correcto. Pero ponerla arriba de Jesús es un gran pecado. Jesús dijo:

“El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí” (Mateo 10:37).

Si tú amas a tu madre y tu padre más que a Jesús, no eres digno de Él. Dios no te va a atraer hacia Él para salvación. Jesús te ama más que tu madre y tu padre. Mucho más. Tu madre y tu padre no murieron en la Cruz para pagar por tus pecados. Pero Jesús lo hizo. Ven a Jesús, la Fuente de Agua Viva. Cada pecado tuyo será lavado en Su Sangre. Vas a encontrarte con Él y experimentar la vida abundante. ¡Entonces tendrás gran alegría, y amarás a Jesús más que a tu madre, padre, o cualquier persona!

La cisterna rota de las riquezas. Tú luchas y trabajas muy duro para acumular riqueza y hacerte muy importante. Y tienes gran opinión de ti mismo. Te sientes más y más orgulloso de lo que has logrado. Pero Jesús dijo:

“Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15).

Pero no estás de acuerdo con lo que Dios dice en Su Palabra. Y estás convencido de que tu vida se define por la abundancia de tus posesiones. Y así trabajas para almacenar más y más riqueza. Miras adelante cuando vas a descansar y disfrutar de todas tus riquezas. Pero pronto descubrirás que las posesiones no traerán paz a tu alma. No te van a traer felicidad. En lugar de una vida abundante, tu vida será seca y amarga como el barro duro. Estás ocupado trabajando para cavar una cisterna grande para almacenar tu riqueza. Pero algún día perderás tu riqueza y tu alma,

“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo 16:26).

La Cisterna rota de los aparatos modernos. Muchos de ustedes tienen el impulso de hacer algo con estos aparatos en todo momento. Están enviando textos, o en tweeter, en Facebook, escuchando música, jugando videos, ¡o haciendo todo al mismo tiempo! Es eso o hablando con amigos en Starbucks o una tienda de Boba. Después de desperdiciar toda la semana de esta manera, dices: “No puedo ir a la iglesia porque tengo que estudiar”. Te damos una hoja sobre “Cómo Estudiar Para Tomar un Examen”, pero no lo haces.

Estás muy ocupado con tus aparatos. Pero no haces nada importante. Tu mente no puede concentrarse en una sola cosa a la vez. Tu mente siempre está distraída. Y no puedes concentrarte en escuchar los sermones. No puedes concentrarte en leer los sermones. No puedes concentrarte en la maldad de tu depravado corazón. Y no puedes enfocarte en Jesús lo suficiente como para confiar en Él.

Y no eres feliz tampoco. No estás viviendo. ¡Estás desperdiciando tu vida! Pero no puedes parar. Estás adicto a todos estos aparatos. ¡Por el amor de Dios, deja de usar estos aparatos, o al menos reduce su uso, bastante! Si no, todo lo que te queda es un cerebro quemado, una vida vacía sin Jesús, y el Infierno cuando mueras.

La cisterna rota de la religión vacía. Esta es la cisterna más triste y lamentable de todas. Eso es debido a lo que profesa ser y no es. Pretendes tener la religión del Cristo vivo. Pero es la religión de ti mismo y de la muerte. Tu canto está muerto, porque no tienes amor a Dios. Tus oraciones están secas y sin el aliento del Espíritu de Dios. Hablas de las cosas eternas sin pasión. Eso es porque no estás seguro de su existencia. Tu testimonio no tiene vida. El pecado es mencionado sin ningún sentido de verdadera convicción. Sentimientos y seguridad se buscan pero no a Jesús. Doctrina de la Biblia se menciona con gran confianza. Pero prácticamente nada se puede decir de cualquier supuesto encuentro con Jesús. ¡Qué! ¿No tienes nada que decir después de conocer al Cristo resucitado? ¿No hay nada que decir sobre el evento más importante que supuestamente te ha pasado? ¿Pero tu religión vacía se supone que te llevará a través de las pruebas de la vida y prepararte para la muerte?

¡Tira a la basura la cisterna rota de tu religión seca y vacía! ¿Cómo te ha ayudado? Ven a Jesús, la Fuente de Agua Viva. ¡Ten tus pecados lavados en Su Sangre, y tendrás mucho que decir acerca de Jesús que bendiga nuestras almas!

Dices que ser Cristiano verdadero es muy difícil. “No puedo ir a la iglesia el Domingo por la mañana, Domingo por la tarde, y Sábado por la noche para oración y evangelismo”. ¡Pero no es demasiado difícil para nosotros, porque hemos venido a Jesús y hemos bebido de la Fuente de Agua Viva! No es una carga para nosotros, porque amamos a Dios, a Jesús Su Hijo, y queremos servirle. No es trabajo para nosotros, porque nos gusta estar con los hermanos. Y tenemos la gran alegría de tener los pecados perdonados. Hemos encontrado que lo que Jesús dijo es verdad.

“Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:30).

Pero eso no es tu experiencia. Estás demasiado ocupado trabajando cavando cisternas para aferrarte a la vida sin sentido que el mundo ofrece. Y así para ti:

“El camino de los transgresores es duro” (Proverbios 13:15).

¿No estás cansado de buscar la paz que ofrece el mundo pero que nunca encuentras? ¿No estás cansado de cavar religión sin Jesús, sin realidad, y sin paz? Trabajas tan duro pero no consigues nada a cambio.

Tal vez algunos de ustedes dicen, “Mi vida sin Jesús no es tan difícil”. Sí, lo sé. Esto se debe a que suprimes los terribles pensamientos de miedo a la muerte y al Infierno. Si piensas en ello un poco, estarás de acuerdo de que el camino de los transgresores es duro.

El profeta te hace una pregunta muy importante:

“¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?” (Isaías 55:2).

Deja de trabajar por un testimonio seco y muerto que no le hace bien a nadie. Trabaja buscando al Jesús vivo quien ricamente va a satisfacer tu alma. Deja de trabajar por las cosas del mundo que no traen paz. Mira a Jesús, y ven a Él. Su salvación es completa y gratis. Jesús dijo:

“Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida” (Apocalipsis 21:6).

El rey Salomón cavó cada cisterna imaginable para mantener todo lo que el mundo tenía para ofrecer. No se detuvo ante ningún pecado que su corazón deseara. Él era el rey. Tenía la riqueza. Tenía muchas posesiones. Tenía la sabiduría. Y tenía mujeres. Pero después de todo eso, llegó a la conclusión de que todas eran cisternas rotas que no tenían vida. Llegó a la conclusión de que todo era vanidad. Todo era en vano. No felicidad. No satisfacción. No paz.

Si las palabras de Salomón no te convencen, considera los testimonios de los Cristianos en nuestra iglesia. Estas son las personas que conoces bien y que no te mentirían. Muchos de ellos los has conocido toda tu vida. Aaron Yancy te dirá que la cisterna rota del placer no le dio vida. El Sr. Song te dirá que la cisterna rota de la familia lo le dio paz. El Dr. Cagan te dirá que la cisterna rota de la búsqueda de la riqueza no satisfacía su alma. Anthony Kim te dirá que la cisterna de los aparatos modernos es mortal y sólo trajo confusión a su mente. Y el pastor te dirá la cisterna rota de la religión vacía sin Jesús no le dio ningún descanso. Todos ellos primero bebieron del agua estancada de estas cisternas rotas pero sus almas quedaron sedientas. Y entonces bebieron de Jesús la Fuente de Agua Viva. Él satisfizo sus almas. Ellos dijeron Amén a las palabras de Jesús:

“Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eternal” (Juan 4:13, 14).

¿Las cosas de este mundo te han dado paz interior? ¿Todo tu esfuerzo para encontrar felicidad en la vida ha valido la pena? ¿Realmente te ha ayudado? ¿O te ha dejado seco y sediento por algo real? ¿Y qué pasa con todos tus pecados? ¿Tu religión vacía te ha preparado para encontrarte con un Dios santo? Si no es así, piensa ahora sobre tus cisternas rotas. ¡Y cualesquiera que sean, renuncia a ellas! ¡Y al igual que el Apóstol Pablo, cuéntalas como basura para ganar a Cristo!

En el camino del placer, y buscando tesoro anduve,
   Pero la paz completa está, Solo en Jesús en Él solo.
Mis culpas perdonadas, Y desencadenadas,
   Mi corazón lo he dado, Solo a Jesús a Él solo.

En vano estaba obrando, Ningún alivio hallando,
   Más Dios siguió llamando, Que yo a Jesús viniera.
Mis culpas perdonadas, Y desencadenadas,
   Mi corazón lo he dado, Solo a Jesús a Él solo.


Oh Cristo, amor incesante, que aumenta bendiciones,
   Dejo todos mis temores, Adoro y amo a mi Jesús.
Mis culpas perdonadas, Y desencadenadas,
   Mi corazón lo he dado, Solo a Jesús a Él solo.
(Traducción libre de “Jesus, Only Jesus”
     por Dr. John R. Rice, 1895-1980).

Cristo murió en la Cruz para pagar por tus pecados. En el tercer día Su cuerpo físico se levantó de entre los muertos. Subió al Cielo y está sentado a la diestra del trono de Dios. Ven a Cristo, la Fuente de Agua Viva. Ten tus pecados lavados en Su preciosa Sangre y comienza a tener vida eterna ahora.

Si deseas hablar con nosotros, por favor deja tu asiento y camina hasta la parte de atrás del auditorio ahora. Dr. Cagan te llevará a un lugar tranquilo para orar. Sr. Lee, por favor ore para que alguien confíe en Jesús y sea salvo.

(FIN DEL SERMÓN)
Tú puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el
en www.realconversion.com. Oprime “Sermones en Español”.

Puedes escribirle a Dr. Hymers a rlhymersjr@sbcglobal.net (Oprime Aquí) –
o puedes escribirle a P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015.
O llamarle a (818)352-0452.

Estos manuscritos de sermones no tienen derechos de autor. Usted puede usarlos
sin el permiso Dr. Hymers. Sin embargo, todos los mensajes de video Dr. Hymers
sí tienen derechos de autor y sólo se pueden utilizar con autorización.

La Escritura Leída por el Sr. Abel Prudhomme Antes del Sermón: Jeremías 2:5-13.
El Solo Cantado por el Sr. Benjamin Kincaid Griffith Antes del Sermón:
“Jesus, Only Jesus” (por Dr. John R. Rice, 1895-1980).


EL BOSQUEJO DE

CISTERNAS ROTAS

por Dr. Kreighton L. Chan

“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua” (Jeremías 2:13).

(Juan 4:10)

I.   Primero, el pecado de rechazar a Jesús, la Fuente de Agua Viva,
Juan 16:9; Marcos 16:16; Lucas 19:14; 9:23; Juan 5:40.

II.  Segundo, el pecado de cavar cisternas rotas que no retienen agua,
II Timoteo 3:4; Hebreos 11:25; Mateo 10:37; Lucas 12:15;
Mateo 16:26; 11:30; Proverbios 13:15; Isaías 55:2;
Apocalipsis 21:6; Juan 4:13, 14.